ENTREVISTAS
Amantes subterráneos

Flavio Katzev tiene cuarenta años y una vida profesional de lunes a viernes. También tiene una familia que va en aumento, una casa, su auto y amigos con los que juega al fútbol religiosamente. Por fuera de eso, tiene una gran pasión por la música, especialmente por esa que lo vio crecer y hacerse rockero; por la que lo impulsó a comprar discos compulsivamente y en el formato que se les ocurra (“Tengo miles. Tuve que comprarme un mueble especial para guardarlos, además de numerarlos uno por uno. Ahora ya sé donde está cada uno, je”); por esa que lo llevó a asociarse con otros para escribir y fundar fanzines, revistas especializadas; a hacer buenas migas con músicos, fans, managers, groupies quizás y toda esa gente linda del mundo del rock.
Con todo eso como apoyo, editó recientemente “Amantes subterráneos”, libro que reúne historias del underground de los años 80. En sus páginas, de fácil y amena lectura, se aglutinan nombres como Don Cornelio y La Zona, Los Argentinos, Sector Diván, Alakrán, Prosexo, Instrucción Cívica, Comida China, Beso Negro, Uno x Uno, Pobre Morales, Graffiti, Los Teddy Boys… y siguen las firmas.
En primera persona, algunos integrantes de estas bandas, forman un retrato de la escena, con matices de época: el furor artístico tras la vuelta de la democracia, el circuito particular de bares y boliches para tocar, la crisis económica coronada con la hiperinflación del 89. También figuran apreciaciones personalísimas de Flavio, completando así el panorama.
“Nunca me consideré periodista, tampoco escritor. Simplemente me sentí atraído por el rock y así empecé a meterme de a poco”, confiesa este entusiasta que se inició en un show de Los Abuelos de la Nada, en el verano del 85 en Miramar.
“Todos mis amigos tenían entradas para ver a la banda de Miguel Abuelo y para no quedarme con la gente mayor, saqué la mía también. Antes de eso, mi banda sonora era ABBA, Camilo Sesto, Raffaella Carra…”
A la hora de indagar más sobre sus primeros pasos en el rock y lo que lo llevó a este flamante volumen de “Amantes subterráneos”, Flavio hace un racconto: “Dos amigos -Daniel y Osvaldo- editaban un fanzine que se llamaba ‘Algo de paz’, como el tema de Raúl Porchetto. Tras la disolución, Daniel me hizo la propuesta de hacer algo nuevo y ahí surgió ‘Señales’, donde comencé a escribir, en el año 86”, enumera.
“’Señales’ duró diez años y cuarenta y nueve números. Y paré la pelota, me tomé un tiempo para ver como seguir. Al año, surgió ‘La Grossa’, que tuvo seis ediciones impresas y hasta el día de hoy, continúa como página web”, concluye.
Entre tanto, fue desarrollando una compulsión por ver cualquier banda que se le cruce y comprar sus respectivos demos o discos, en caso de que ya lo tuvieran editado: “Mi principal proveedor era un muchacho que atendía una disquería cerca de mi trabajo en aquel momento. Te hablo del año 86. Al notar que compraba de todo, pero especialmente, cosas raras, se presentó ante mí como el manager de Plic, una banda de pop-rock que en ese momento estaba arrancando. Me invitó a los shows y ese fue mi primer lazo fuerte con el underground de los ochenta”.
El Acople: Desde un principio tuviste obsesión por la colección y por ir tomando nota de aquello que veías o escuchabas. ¿Creés que el libro lo empezaste a escribir en ese momento y no ahora?
Flavio: Es posible, sí. Te diría que sí, aunque, por supuesto, nunca tuve el proyecto del libro en la cabeza, sino ahora.
EA: Entonces, ¿cuándo comenzaste a escribir formalmente este libro y a partir de qué surgió?
F: El libro comenzó alrededor del año 2005. Por casualidad, me reuní con un tipo que tenía una sala de ensayo y estudio propio. Hablamos de la movida ochentosa, como por hablar de cualquier cosa y en ese mismo momento, él ofreció su estudio para hacer un compilado de temas con bandas que en su momento, no habían grabado nada. Ahí se me prendió la lamparita y recurrí a los contactos que había acumulado durante años y les comenté la idea. Algunos se entusiasmaron; el problema es que al tipo del estudio no lo ví más. Lo llamé, le dejé mensajes… pero nunca me volvió a atender.
EA: ¿Y las bandas? ¿Qué te dijeron?
F: Ellos supieron entender y volvieron a lo suyo, pero la nota la dio Sector Diván. Se reunieron después de que los contacté y no sólo volvieron a tocar, sino que embalados por la convocatoria, se pusieron a trabajar y, después de veinte años, editaron su primer disco oficial.
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión