RESEÑAS
Alter Chabón

Los amplios pasillos y escaleras son de mármol. Helado, costoso, perfecto. Dan la sensación de frialdad y frivolidad. La gran masa estudiantil, enfundada en sus trajes/uniformes, con sus peinados duros y expresiones arrogantes (como de quien ambiciona el poder y sabe que será el líder mañana), se corresponde con la falta de corazón que inspiran aquellos pasillos y escaleras. Me cruzo con cientos de alumnos, todos iguales, que escapan y parecen no escuchar los ruidos que vienen de la sala de eventos, en el segundo piso. Los NORMA están probando sonido, y solo tres chicos esperan el concierto. Afuera de la sala se multiplican los clones, que no miran, no escuchan, no sienten.
Cuando se hacen las veintidós y pico, el cuarteto sale al escenario. Levanta la cabeza y se enfrenta, digno, a las ahora catorce personas que conformamos el público: “Vamos a estar grabando esto para un disco en vivo, así que griten como si fueran mucho público… Bueno, igual ustedes son un montón”.
Cables pelados
Dos guitarras, bajo y batería, arrancan un instrumental llamado ”Música”, nombre que demuestra la búsqueda simplificadora de la banda: after punk, rock de dos tonos, repetitivo, elemental y machacado hasta el hastío. La parte percusiva compone un bloque compacto, un firme y rígido pulso cortado por guitarreadas tan rectas como diagonales, que cruzan zigzagueantes y enfermizas.
Esta sensación de cruce diagonal y dirección contraria es una constante durante todo el repertorio de los NORMA. Con menos de dos minutos de duración, y un acotado desarrollo, sus canciones tienen bastante de violencia y urgencia punk, pero mucho más de WIRE. En el crudo vivo, esta pertenencia se acentúa más, y en los siguientes temas, ”Diamante” y ”T.V.”, dejarán de lado un costado muy LOS BRUJOS que aparece en el recientemente editado disco llamado, lícitamente, ”Rock 2 Tonos”.
El cantante, guitarrista y escritor CHIVAS ARGUELLO tiene las misma cadencia, muy parecida impostación y bastante similar voz a la de COLIN, garganta de los ya mencionados WIRE.
Influencia de la cual se hacen cargo plenamente en el tema ”Cable”, no siendo esta la única cita para melómanos o “humanos infradotados”, como los llaman en ”PC”, un fantástico himno anti-emepetrés (pro-coleccionista).
Usina de la enfermedad<`> Los NORMA reproducen (lírica y musicalmente) la alienación del ser humano, acosado por una frenética urbanización. El conflicto parece cargarles de energía su usina compositiva.
Luego de tratar como una grave enfermedad al amor en un tema supuestamente romántico (y muy seductor) llamado ”Enamorado”, descargan a toda furia una canción que condensa las ideas de minimalismo y enajenación, perfectamente llamado ”Uno”: “Uno en la calle, una verdad, uno revisa, uno se va, sólo uno está mal, uno persigue, uno vendrá, uno centraliza, uno y nada más, para uno estar bien otros sufrirán”.
Cuando CHIVAS interpreta parece un febril y atormentado enfermo de epilepsia. Vomita esas letras, que tienen la cualidad de ser, como todo vómito, ácidas. Y aunque siempre con un pulso nervioso y trabado, tienen varias canciones bailables y nuevaoleras. Paradójicamente, estas esconden las líricas más venenosas: “¿Guardaré mi alma en un chalet?”, se cuestionan en ”Chalet”, mientras que la divertidísima ”Niños” se torna bastante jodida: “Probablemente usen 105 chicos para hacer una remera Cocodrilo, 80 niños enfermos cortan el molde de tu hermosa zapatilla. Niños, contaminados y condenados”. Siguiendo con el humor cáustico, sobre las líneas le improvisan nueva letra a la canción: “…no necesariamente tienen que ser niños chicos, algunos son estudiantes de economía…”
Dirección Contraria
Mientras el bloque conformado por el baterista PABLO COSCARELLI, el bajo de RICHARD BALDONI y CHIVAS ARGUELLO avanza (o retrocede) contundentemente, hay un elemento que parece ir a contramano, generando el impredecible y tan rockero caos: GUALBERTO DE ORTA (Guitarra y productor del disco). Cerebral pero incendiario, el guitarrista enriquece cada canción, y parece tener una formación completamente distinta a la de sus compañeros. Este choque es celebrado por el grupo, que juega constantemente con este tipo de contrasentidos: menos es más, lo simple se hace difícil, etc. “Todos los estúpidos merecen educación, en dirección contraria a la actualidad” reclaman en ”Educación”, fortaleciendo esta idea casi al final del show.
En la sala hubieron más canciones que personas que las escucharan: trece de las catorce editadas en el disco (faltó ”Discos”), y otros cuatro temas más: la ya citada ”Cable”, la juguetona ”Martes”, la clara y fatalista alusión a Cromañón llamada ”Cenizas”, y una composición nueva que parece empujar el límite de los NORMA, por su deformidad vertiginosa y sentido nauseabundo de lo urbano, titulada ”Micro”. Como en el disco, cerraron con ”Warhol”, climática, oscura, como quedará la facultad luego del destello de poco más de 40 minutos de recital.
Bandas con mucha sorpresa y pocos lugares comunes son constantemente ninguneadas por el público, que tristemente se dice más rockero que nunca. Antes no se llenaban los mega estadios que ahora, pero tengo la sospecha que, en proporción, la cantidad de personas inquietas es la misma. La indiferente facultad de económicas, el tristemente célebre PECSI MUSIC, y los vergonzosos “artistas” del extranjero (que hace más de 20 años fueron desechados) que vienen a lucrar, hacen de la sospecha una realidad abrumadora.
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