RESEÑAS

All you need is pop

Por  | 

El prejuicio es una característica a flor de piel en el ser humano que vive en comunidad. Y aunque parezca un invento argentino -como la birome y el dulce de leche-, en realidad lo podemos palpar hasta en películas europeas, series yanquis, en noticias de otras partes del mundo. Incluso figura en el diccionario, aprobado por la Real Academia Española. Y dice así.

prejuicio: m. Juicio u opinión, generalmente negativo, que se forma inmotivadamente de antemano y sin el conocimiento necesario.

Todos sufrimos de prejuicios; todos prejuzgamos en mayor o menos medida. Somos tan argentinos que no podemos dejar de practicar uno de nuestros deportes favoritos, en ningún momento. Que el negro de la villa, que los putos, que los hinchas de Tigre, que los piqueteros, que Macri, que esa banda de mierda…

Hay que reconocerlo: el exceso de manija en determinadas bandas de rock hacen que uno desconfíe de ellas. Nadie se banca que un medio le diga qué es lo que tiene que escuchar, pero así funciona el sistema. El amiguismo en el ambiente comercia infladores, palancas, humo. De todo. Y Banda de Turistas entró en ese pack.

Cuando a mediados de este año se editó Mágico Corazón Radiofónico, cierto periodismo por poco casi lo declara como el Sgt. Pepper de la generación indie-sensibilizada. Parecía algo totalmente fuera de serie, impensado para la escena local y demás elogios… ¿desmedidos? Quizás no tanto. Bueno, un poco. ¡No! ¡Es un discazo! Basta con dejar de lado la necedad y darle una atenta escuchada para que esa pequeña bomba pop haga su efecto.

El domingo tocaron por primera vez en La Trastienda, siendo este el show más importante en su incipiente carrera, el cual se anunciaba como la presentación oficial del que posiblemente sea el mejor álbum nacional del año.

Pero antes, Prietto viaja al cosmos con Mariano abrió la velada de domingo feriado: un falso sábado al que enseguida se le cayó la careta. Era demasiado domingo y el dúo de batería y guitarra oscureció más aún las cosas. Mucho ruido, demasiado grito primal.

Entre que las niñas lookeadísimas se sacaban fotos para el Facebook y los muchachitos de larga cabellera tomaban cerveza a precio dólar, se corrió el telón para ver como los cinco Turistas se acomodaban en el escenario. Alguna nota al aire, afinación y vamos. “La máquina favorita” fue el puntapié inicial, al igual que en el disco.

Por fuera de las canciones, los tres que se reparten el micrófono para cantar casi no tienen palabras. El carisma se les evapora entre los aplausos surgidos tras terminar un tema, pero generan una nueva burbuja onírica en cuanto el baterista marca tres. Abajo, todos bailan desinhibidos, todos tararean los hits en potencia (Todo mío el otoño”, el favorito del grueso de la audiencia) y de a poco se va terminando un gran concierto.

No necesitaron más de una hora; el tiempo justo y necesario para recorrer diez de los once temas del longplay, además del instrumental “Cóctel de instantáneo” -incluido en el EP homónimo- y “Nuevamente el momento”, homenaje a Cuero, grupo nacional setentosoperdido en la historia. “Un verdadero cajón de madera” dio por terminado un evento sin pausas, fisuras ni bajones.

Nuevamente, Banda de Turistas demostró que, pese a la inflación, es un gran valor que cotiza alto y merece ser comprado, cueste lo que cueste.

Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión