RESEÑAS
Algún día este mundo será perfecto

La noche se mostraba fresca, con el cielo despejado. Las bandas invitadas como teloneras —SEXTO SENTIDO, BARRIOS BAJOS, PERRO CIEGO y LA BOULEVARD— hacía poco menos de una hora que habían terminado con lo suyo. Abajo del escenario, la impaciencia y la expectativa por ver a LA 25 no podían crecer más.
Finalmente, a las 21:10, a través de una pantalla gigante se vio a la banda llegar al escenario. Y cinco minutos después, arrancaron el show con ”Más caliente que eso”. Y enseguida, le pegaron ”Chica del suburbano”.
Una constante del recital fue no dejar mayor tiempo libre entre canción y canción, más allá de alguna breve interrupción; cuando se dio alguna de estas, más de un muchacho del campo se divirtió insultando con pasión y fervor a los que estaban sentados en la platea.
El escenario, grande, estuvo simétricamente ocupado por los diez músicos que componen la banda y los distintos invitados. Contra la pared, arriba, se podían ver tres pantallas circulares que iban mostrando distintos dibujos, como calaveras y el logotipo del grupo. Uno de los guitarristas -que entró en muletas- tocó sentado al lado del tecladista. El bajista paseó bastante por el escenario, al igual que otro de los guitarristas, que pasó la mitad de las canciones cantando, alzando sus brazos al cielo y revoleando su blonda caballera, y la otra mitad tocando su instrumento. Resulta comprensible que se tome esa licencia, ya que LA 25 tiene cuatro violeros.
Después de nueve canciones sin cortes, con ”Quiero 25” como la que más euforia desató, JUNIOR, el cantante, saludó al público; acto seguido presentó a HÉCTOR SILVA, que los acompañó con su bandoneón en ”Chica del 2000” y ”Cosas viejas”. En el primero de estos temas, también se pudo ver sobre el escenario a una pareja de bailarines de tango haciendo un número de su arte.
Más tarde llegó el turno de ”Dando vueltas”, que incluyó un solo de bajo, uno de batería —este segundo fue bastante breve— y uno de armónica; sobre el final de la canción, cuando se juntaron con el resto de los instrumentos, se armó una zapada de rock and roll clásico. Luego, enseguida, hicieron ”Ruta 25”, con violín, guitarra criolla y un constante y estruendoso ACOPLE que hizo doler a más de un oído.
Entre tema y tema, JUNIOR hizo alguna que otra declaración de principios; “el rock no se vende”, por ejemplo. Tampoco se privó de iniciar un cántico que el público apoyó y cantó con fervor: “Poné bomberos la puta que lo parió”.
Dos invitados más participaron del show; RAY de EL OTRO YO y FERNANDO de HEROICOS SOBREVIVIENTES tocaron la batería y la guitarra, respectivamente, en ”Star star star”.
Antes de hacer ”Mundo perfecto”, el tema que da título al último disco del grupo, JUNIOR citó, como una reflexión, el estribillo del mismo: “Algún día este mundo será perfecto y los giles estarán en extinción”; algunos de los músicos de la banda asintieron y el público batió sus palmas.
La iluminación de la introducción de ”Barrio viejo” estuvo a cargo de un centenar de celulares que el público alzó al cielo del campo, mismos teléfonos con los que se sacaron millares de fotos. Probablemente, esos aparatos fueron cuidadosamente guardados en los bolsillos de sus dueños cuando saltaron y cantaron: “somos los negros, somos los grasas, pero conchetos no”, para no perderlos.
El final del show fue anunciado por el cantante; después de que hicieron ”Emociones”, agradeció al público por asistir y leyó una a una todas las banderas que la gente llevó, en las que se encontraban escritos decenas de nombres de distintos barrios.
El cierre del recital, además, trajo algunos invitados estelares y, finalmente, las canciones más conocidas del grupo.
ALEJANDO SOKOL, cantante de LAS PELOTAS, los acompañó en ”Hacelo de nuevo”. El ex SUMO bailó y cantó como sólo él puede hacerlo; LA 25 lo recibió con gran afecto, el público, en su mayoría, parecía desconocerlo; un grupo de muchachos le dedicó el conocido cántico “Luca no se murió, que se muera Cerati la puta madre que lo parió”, y JUNIOR los arengó a que lo cantaran con mayor fuerza.
El MONO y MAFFIA de KAPANGA aparecieron para hacer de las suyas en ”Solo voy”. Según contó el cantante de LA 25, sólo el baterista había sido invitado, pero de todos modos aceptaron sin inconvenientes que el pizzero, vocalista e hincha de Quilmes también se sumara.
La banda, finalmente, se despidió de su gente con unas últimas tres canciones: ”Chico común”, “Rock en las venas” y ”Hasta la victoria”.
LA 25 llegó a Ferro, y su público casi llenó el campo por completo. La banda ofreció un recital prolijo, enmarcado en una escenografía cuidada y bien presentada. Tanto los músicos como los espectadores se mostraron conformes con el resultado del show, y no resultaría extraño que en un futuro consigan repetir la hazaña.
Algún día este mundo será perfecto, dice LA 25. Seguramente, la perfección de este mundo incluye un mayor crecimiento de ellos.
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