RESEÑAS
Ahora sí, Keane en Argentina

Las bandas invitadas, Banda De Turistas y No Lo Soporto, estuvieron en el escenario entre las 19:10 y las 20:25. Las dos han logrado últimamente un reconocimiento importante dentro de la escena, pero la gente presente el día sábado no los respetó ni les concedió su predisposición como merecían.
Aguantó al final
En la semana previa al show se había pronosticado lluvia, por lo que la organización tomó sus recaudos. Llegada la jornada, el clima durante la mañana hacía preveer que las precipitaciones llegarían de un momento a otro; pasadas las dos de la tarde, un importante diluvio se adueñó del cielo y comenzó a preocupar a todos. Sin embargo, éste se detendría para no volver. Una temperatura ideal recibiría a los espectadores y los depositaría en una velada mágica.
Una vez dentro del predio nos dimos cuenta que el escenario estaba ubicado del lado opuesto al que nos tiene acostumbrados. La división entre el campo vip y el campo general generaba una cierta incomodidad, que pasó rápidamente al olvido cuando a las 21:15 se apagaron las luces: una introducción con aires africanos/electrónicos junto a un juego de leds que ambientaban la tapa de su tercer disco forjaban un hermoso contexto. IngresóKeane, se produjo un pequeño griterío y empezaron a sonar los primeros acordes.
La banda estaba de nuevo entre nosotros y “Lovers and losing” nos daba la bienvenida. De movida el primer corte de “Perfect symmetry” marcaba la diferencia con respecto a su propuesta anterior, pero enseguida le engancharon los primeros tres clásicos de la noche: “Everybody’s Changing”, “Bend and break” y “Nothing in my way”. No estamos acostumbrados a que un grupo suene en directo con la exactitud y la claridad que lo hizo Keane a partir del acorde inicial. Impecable desde todo punto de vista.
Buena comunicación
“Olvídense de sus problemas. Canten lo más fuerte que puedan”, los primeros de los tantos comentarios de Chaplin en su forzado pero entendible español. La interacción con sus fans fue constante; Tom no perdió oportunidad para declarar su amor hacia nuestro país, aunque pareció algo demagogo por momentos. No obstante, su manera de interpretar las canciones, con mucho énfasis y sentimiento, lograron emocionar, además de quitar todos los prejuicios posibles. Pasaron, entre otras, “A bad dream” y “This is the last time”.
Tras lanzar dos discos con una propuesta personal, decidieron darle una vuelta de tuerca a su música con su siguiente placa. Tom Rice-Oxley y su piano era la única fuente de melodía, ya que como todos sabrán no utilizaban guitarras; la mágica voz de Chaplin y el buen pulso de Richard Hughes (batería) eran su complemento. Sin embargo, para esta nueva etapa, su vocalista toca la guitarra en la mayoría de los temas, lo que le da un sonido más new wave y no tan romántico como antaño. Durante “Again and again” y “Spiralling” lo pudimos comprobar.
Promediando la mitad del show, llegó el momento acústico, que estuvo compuesto por tres canciones. Primero Tom se paró solo con su criolla frente a la multitud para entonar “Playing along”, un lento con aires country; después se incorporó el resto de los músicos para acompañarlo en las bellas “Try again” y “Sunshine”. Los celulares y las cámaras fotográficas tuvieron un rol protagónico. Anticipadamente, los fans le cantaron el feliz cumpleaños a Chaplin, que al día siguiente cumplía 30 años; él aprovechó para presentar a cada uno de sus compañeros.
Se reinventaron
No es fácil para la interna de una banda mantener los pies sobre la tierra luego de haber vendido diez millones de discos en todo el mundo con sus dos primeros trabajos de estudio, “Hopes and fears”, 2004, y “Under the iron sea”, 2006. En especial, Tom Chaplin sufrió con los excesos que acarrean la fama y el dinero; estuvieron a punto de separarse, pero tras la rehabilitación de Tom lograron darse una nueva oportunidad. Arriba del escenario se los observó conectados y disfrutando.
Para los directos han incorporado un cuarto integrante, Jesse Quin, que se encarga de tocar principalmente el bajo, aunque también tiene su toque de percusión. En las viejas composiciones se percibe claramente este agregado, ya que se las escucha algo más rockeras, pero sin perder la belleza que las caracteriza. “Somewhere only we know”y “Crystal ball” son dos buenos ejemplos.
Después de cuatro minutos de descanso, regresaron para interpretar las últimas tres canciones. El cover de Queen “Under Pressure”, que comúnmente realizan durante sus giras, acá también tuvo su lugar; una gran versión, aunque se notó claramente la falta de guitarra.
“Is it any wonder” encendió la mecha nuevamente, para luego sí finalizar con otra excepcional balada como es “Bedshaped”. Si para Chaplin el show superó sus expectativas, para el público aún más; el amor fue mutuo y seguro en próximas visitas se irá acrecentando.
Keane brindó un show de excelencia en su segunda presentación en nuestro país, superando ampliamente a la primera. A pesar de tener sólo tres discos, Chaplin y compañía tiene un repertorio lleno de éxitos que atrapa a diferentes públicos.
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