A.N.I.M.A.L.: señor regreso

El viernes y domingo en el Teatro Vorterix, una de las bandas de metal insignia de los 90´ volvió a los escenarios tras poco más de nueve años, de la mano de un show poderoso y de un gran nivel de ejecución. Fueron dos horas, en el que recorrieron sus siete discos de estudio.

Desde que se anunció el retorno de A.N.I.M.A.L. en marzo de este año, se rebrotó un fanatismo hacia el grupo que parecía olvidado, a tal punto que los tickets se acabaron en solo diez días. Los propios músicos se sorprendieron ante esta demanda, quizás porque la formación de Andrés Giménez (guitarra y voz), Cristian “Titi” Lapolla (bajo y voz) y Marcelo Castro (batería) fue la menos exitosa y reconocida (grabaron solo un disco, el más extremo, “ANIMAL 6”, en apenas dos años de convivencia)

Si bien Castro fue el primero en bajarse del barco en aquella ocasión por un cansancio mental, fue él quien tuvo la iniciativa y le propuso a Giménez la vuelta. Después de algunas dudas tomaron el riesgo y decidieron darle vida a la banda bajo el leitmotiv «El poder latino está de regreso», y tras cuatro meses de intensos ensayos ya estaban preparados para poner a A.N.I.M.A.L. en el lugar que se merece.

De este modo, todo estaba dado para que fuese un regreso triunfal: teatro colmado, gran expectativa, músicos emocionados. Solo quedaba saber cuál sería el desenvolvimiento del grupo en escena. Y rápidamente se develó la incógnita cuando saltaron a escena a las 21 con la oscura “Fin de un mundo enfermo”, ya que desde el primer acorde demostraron estar en excelente forma, con un nivel de ejecución e interpretación sobresaliente. Ellos tenían en claro que no podían fallar porque ante cualquier paso en falso las críticas iban a estar presentes.

Con el show ya en camino, con las siguientes “Guerreros urbanos” y “Familia (es la oportunidad)”, empezaron a soltarse y a darse cuenta que iban a poder cumplir con el anhelo de tantos seguidores. «Titi» fue el músico más destacado, por su increíble dominio con el instrumento y por su actitud positiva (siempre con una sonrisa). Por suerte, el público lo reconoció como se merece, y de a poco va tapando la sombra de Marcelo «Corvata» Corvalán.

La banda recorrió parte de sus siete discos de estudio. Sin dudas, las canciones incluidas en «El nuevo camino del hombre» (1996) y «Poder latino» (1998) fueron las más aclamadas, tales los casos de «Sol», «Milagro» y «Los que marcan el camino». Y del lado opuesto se encontraron los temas de «Combativo» (2004), que fue un trabajo que no gustó en sus seguidores, cosa que se notó cuando sonaron la propia «Combativo» y «Escrito con sangre», donde se mostraron estáticos.

Giménez estuvo locuaz como es su característica, dándole las gracias una y otra vez a la gente por esta cálida bienvenida. Dejó entre otras frases: «Acá no hay mala onda con nadie», «Los años pasan pero las mañas quedan», «Ponemos todo,  mas allá de algún pifie», “Con la ayuda de ustedes nada es imposible”. Él está orgulloso de lo que consiguió con A.N.I.M.A.L. y así lo hace saber.

Estaba claro que la formación más frenética de la banda no iba a ejecutar las canciones más sentidas de la misma manera; es decir, tanto a “Aura” como a “Lejos de casa” (sonó en los bises) se las escuchó más eléctricas y aceleradas a las originales. El momento de emoción real se vivió cuando Giménez quedó solo con una acústica y brilló con una hermosa versión de “Esclavo de ilusión”, perteneciente a su debut autotitulado de 1993. Esta perla fue la única diferencia con respecto al set del viernes.

“Sólo por ser indios” no solo los hizo conocidos en toda Latinoamérica sino que, a través suyo, la banda cambió el punto de vista en el que venían trabajando; dejaron de hacer actos benéficos, para comenzar a concientizar a la gente sobre la  matanza de pueblos indígenas. Tanto esta gema como “El nuevo camino del hombre” les otorgó una popularidad en todo el continente. Al momento de sonar en conjunto, el público se desató a pura efervescencia.

“No esperábamos tanto amor”, dijo Giménez hacia el final del show.  A.N.I.M.A.L. sabe que para mantener este cariño en el tiempo deberá conservar esa frescura e intensidad, además de renovar su repertorio. Ellos ya están trabajando en nuevo material, así que sus fanáticos podrán quedarse tranquilos que la banda volvió para quedarse.

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