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Más allá del Bien y del Mal

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LOS VIOLADORES volvieron a imponer su energía en la noche de Buenos Aires. El domingo 8 de julio, la legendaria banda demostró que veinte años no es nada a la hora de hacer explotar de emoción las frías y húmedas paredes de Cemento.
Después del precalentamiento cargado de letras contestatarias y mucho ruido – al fiel estilo punk – por los teloneros PUERCOSPÍN, JUVENTUD CLANDESTINA y GUSANOS, las delgadas y eléctricas figuras de PIL TRAFA, STUKA, SERGIO VALL y el bajista CARLOS “EL NIÑO” aparecieron en el escenario desplegando una sónica fuerza contagiosa que hizo brotar lágrimas a más de un viejo seguidor que no podía creer lo que estaba viendo. “¡Es como la primera vez que los vi en vivo!”, decía un muchacho que rondaba los cuarenta, vestido con pantalones negros ajustados, una gorra negra y una llamativa remera de COMANDO SUICIDA, mientras trataba de esquivar los seguidores algo más nuevos, totalmente desenfrenados y entregados al ritual del pogo.
Todos contentos
Todo en Cemento era una fiesta. Una mezcla deliciosa de gente de todas las edades (hasta había madres con niños) festejando el cumpleaños número veinte de la banda punk más importante de la escena local.
Y como era una fiesta, los invitados especiales no podían faltar; el periodista Pablo Valente hizo gala de su guitarra en “Como la primera vez” y lo mismo hizo con el bajo Alejandro Nagy en “Fuera del sector”. Desde abajo, los aplausos y abucheos, según el gusto de los espectadores, no se hicieron esperar.
Pero el plato principal, eufóricamente esperado, fue servido cuando el primer baterista de la banda, SERGIO GRAMÁTICA se sumó a “Moral y buenas costumbres” y “Viejos patéticos”. Y para terminar con una noche que prometía ser tan fugaz como los instantes que valen la pena, PIL tomó el micrófono para dar una especie de discurso colmado de agradecimientos y con una seguidilla de críticas irónicas disparadas hacia “nuestro actual Presidente” y festejó que “por lo menos una de toda esta basura está presa”: por supuesto hablaba del ex presidente Carlos Menem.
Aquello fue el preludio para el comienzo de “Represión”, una versión aplastante como una vieja locomotora. La participación de ANDRÉS GIMÉNEZ le reforzó el condimento al llevarla a un límite sorprendente de furia y excitación. A esa hora el gélido Cemento se había convertido en una bola de fuego.
Un público insaciable
Y como la noche violadora no podía terminar ahí nomás, le llegó el turno a los bises con un “Comunicado 166” que puso a STUKA, PILTRAFA y cía., nuevamente sobre el escenario.
De pronto, y a fuerza de sus habituales gritos de arenga, FERNANDO RUIZ DIAZ, de CATUPECU MACHU, se sumó a la noche de invitados y no paró de saltar como casi todo Cemento al grito del aclamado “Uno, dos, ultraviolento”.
A pesar de que los muchachos no tuvieron demasiado tiempo para ensayar, porque STUKA llegó de Estado Unidos, donde está viviendo actualmente, el viernes por la tarde, el recital los consagró definitivamente a los primeros lugares de los músicos de rock de estas tierras del sur. Incluso para sorpresa de muchos, que conocen lo que puede llegar a pasar en Cemento con la calidad del sonido: fue una pinturita, como diría la abuela.
Y bajo la sensación de que veinte años fueron tan sólo un sueño, el show tan esperado se esfumó al son de otro “Uno, dos, ultraviolento” y “Violadores de ley” como tenía que ser.
MÁS FECHAS DE LOS VIOLADORES
Viernes 13 en Wallace, 53 y 5, La Plata.
En Córdoba, el 20 de julio.
En Rosario el 21 de julio.
Luego harán algunas presentaciones en Chile y Uruguay.
Silvina Batallanez. De la Redacción de El Acople
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