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Más heavys que nunca

Después de tres álbumes más rockeros y alternativos, la banda liderada por el ex A.N.I.M.A.L. Andrés Giménez (guitarra y voz) lanzó a fines del año pasado su cuarto disco, “No es el premio ganar sin saber lo que fue perder”, que sorprendió a propios y extraños por su contundencia metalera, ya que por momentos hace recordar a su ex agrupación. Por este motivo, muchos viejos fans se volvieron a interesar por la carrera de este prestigioso músico de la escena metalera local. Esta era una buena oportunidad para el reencuentro.
Expectativa
Los grupos Newblood y Symbelmyne fueron los encargados de entretener al público. Cada con su estilo logró atrapar el interés de los presentes, especialmente por la profesionalidad y sus esfuerzos por progresar.
D-Mente salió a escena a las 21.40 con un sonido claro y demoledor desde el primer acorde. De la mano del primer corte de su nuevo CD, “Serás el juez”, comenzaron a demostrar por qué están en su etapa más pesada desde su formación en 2006. Vale decir que esta canción tiene mucho del espíritu del primer disco de A.N.I.M.A.L.
Otra nueva melodía que recuerda a su etapa anterior es “Grito para no callar”, en este caso influenciado por el CD “Fin de un mundo enfermo”, de 1994. Si bien “Hasta el fin” es más personal, tiene algo de esa impronta.
Después de un arranque demoledor, Giménez respiró un poco, saludó a su gente y comentó que hace mucho que no tocaban en Capital, además de afirmar que era la primera vez que agotaban todas las entradas en un show capitalino.
El primer regalo de la noche fue una versión más dura de “Lejos de casa”, una balada de A.N.I.M.A.L. de “El nuevo camino del hombre”, de 1996. Mas adelante también habría lugar para otro clásico del mismo disco, “Sol”.
Para que D-Mente suena de esta forma, la dupla que forman Lisardo Álvarez (guitarra) y Cristian Cocchiararo (bajo) es fundamental. Los muchachos que acompañan a Giménez desde el inicio logran una pared de sonido tremenda que con los años se va afianzando aún más.
El único cambio de integrante fue la incorporación del ex baterista de Pork, Paulo Torres, en lugar de Marcelo Baraj, quien dejó la banda en noviembre pasado por motivos personales. Con una técnica más metalera, Torres se adaptó rápidamente, a tal punto que parte de esta agresividad es gracias a su impronta.
Las viejas canciones como “Valiente al combatir” y “Creí sin ver” también se amalgamaron a esta nueva etapa. Los fans gustaron de estas versiones 2012, demostrándolo con voces y pogos violentos.
Cuando la gente comenzó a cantar a favor de D-Mente pero en contra de Carajo, Giménez los cortó rápidamente. “Corvata” fue un gran amigo suyo y no quiere que se generen esas rivalidades.
Una dupla de nuevas canciones que generó locura en los fanáticos fue “La soledad” e “Himnos de fe”. En la primera, Andréspudrió la voz, mostrando otra característica agresiva del disco. En la siguiente, el cantante organizó la típica ronda hardcore.
Por lo general, cuando una banda presenta oficialmente un disco el lugar se invade de amigos, familiares y prensa. Pero en esta ocasión, Giménez aclaró “que esta convocatoria era verdadera”. “Esto es crecer”, agregó. Para asentar esta posición le pegaron “Nada ha sido en vano”.
A Giménez se lo vio feliz por la respuesta del público. Si bien el clásico “El nuevo camino del hombre” le produce placer, se lo notaba más exaltado con “Infame quiebre” o “Oyeme”.
El final llegó con la hermosa “Te vi brillar”, donde la banda le dio mucha participación a los presente, sobre todo al momento del estribillo. Un gran cierre para un gran concierto.
Después de un arranque súper interesante con sus dos discos iniciales, D-Mente había entrado en un pozo creativo que dejó en evidencia en “Morir para nacer”. Ahora no solo recuperaron la lucidez, sino que compusieron su disco más violento con el que intentarán posicionarse en un lugar de mayor preponderancia en la escena local.
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