RESEÑAS
Poder intacto

Después de su paso junto a Amorphis en septiembre de 2009, el grupo fines volvía a la Argentina para fortalecer el amor con el público local. El álbum de 2011 que venían a presentar no había generado las mejores críticas, pero a sus fans poco les importaba ya que iban escuchar el antiguo repertorio.
No defraudaron
Para esta nueva gira americana, los Children Of Bodom decidieron incluir nuevos países como San Salvador, Costa Rica, Uruguay, Colombia y Venezuela a los ya visitados en su primera oportunidad, Argentina, Chile, Brasil y México. Como suele suceder, las bandas respetan un set list armado previamente, que solo varía por continente. Sin embargo, el show realizado en Montevideo dos días antes fue más corto de lo pactado (solo 45’) porque su cantante y guitarrista Alexi Laiho estaba con gripe y vómitos.
La duda sobre su salud estaba instalada en el ambiente. Existía ese temor, y hasta no verlo sobre el escenario los presentes mantenían esa incertidumbre. De este modo, cuando Laiho se plantó en las tablas las miradas se apostaron sobre él. Todos querían saber cómo se encontraba, y él mostró un estado correcto, que hacía prever que se respetaría la extensión del show.
Pero esto no influyó en la performance de la banda, que desde el primer acorde mostró todo su potencial. El público también lo entendió así y disfrutó a pleno de las viejas y queridas, “Are you dead yet?” y “Kissing the shadows”. Como era de esperar, las melodías de su reciente “Relentless reckless forever” (2011), “Shovel knockout” y “Not my funeral”, fueron recibidas tibiamente. A su vez, el sonido estuvo acorde a una banda de sus características.
Laiho con sus solos intrincados y súper complejos lleva adelante al grupo. Cada una de las canciones ejecutadas cuenta con su virtuosismo, que tanto los diferencia del resto. Quién también les da su toque distintivo es su tecladista Janne Wirman, que a la propuesta extrema-melódica le aporta instrumentaciones neoclásicas. Por este motivo, ni los death de la vieja escuela ni los power más puristas ven con buenos ojos a la agrupación.
Por lo general, los grupos nórdicos suelen ser técnicamente muy dotados, pero en escena a sus músicos se los ve bastante indiferentes. Children Of Bodom no son la excepción a la regla, aunque por momentos su cantante intentaba hablar con su gente y brindarle su cariño. Los fans solo estaban ahí para escuchar temas como “Sixpounder” y “Angels don’t kill”, perteneciente a su último gran disco, “Hate crew deathroll”, de 2003.
Si bien no están su mejor etapa compositiva, los fineses demostraron en el vivo que su poder se mantiene indemne, y que en cualquier momento volverán a transcender con un futuro nuevo disco después de los intermitentes “Blooddrunk” (2008) y “Relentless reckless forever”.
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