RESEÑAS

El cumple del pop

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En retrospectiva, Soda Stereo se alzan como los héroes de la historia del pop argentino. Pero viendo a Virus en vivo se ve que el pop nacional le debe más a ellos; Adicta, Babasónicos, Miranda, Estelares… A veces más pop, más rock o más canción, todos tienen su cuota Virus.

La presentación funcionaba como conmemoración de los 30 años del lanzamiento de “Wadu Wadu”, carta de presentación de la banda allá por 1981, y que sirvió para cortar un poco con el estancamiento y lo pomposo del rock nacional de esa época. Lo diferente del show que comparte esta tendencia de tocar discos enteros, es que en este caso la ejecución del disco no es en orden y se intercala con temas de todas las épocas, así se logra algo más llevadero.

El show empieza con una seguidilla de algunas canciones más olvidadas del disco: Hombre Plástico, Caliente Café y Sorprendente. Para el fanático, el atractivo del show reside en el rescate de las canciones que no están en el imaginario colectivo del gran público; en cuanto a listas nunca están en piloto automático de tocar siempre los mismos veinte hits. Aunque si lo abordamos de forma negativa también se debe a la ausencia de nuevo material de la banda (el último disco propiamente dicho es 9, de 1998), por lo que la banda genera una sensación de eterno auto homenaje.

Todo en el concierto remite a las épocas doradas de la banda; en los temas pop suena exactamente como fue concebida: teclados bien al frente y ninguna intención de actualizar la propuesta. Pero es deliberado porque así es como funciona Virus hoy, es lo que la gente va a ver. Desde la pareja cuarentona que se conoció bailando esos temas hasta las nuevas generaciones que no conocieron otro Virus. Todos quieren tener esa sensación de cómo era originalmente.

En cuanto a las canciones, me quedo con la interpretación del costado más pop: Pronta Entrega, Me puedo programar, Amor descartable, Hay que salir del agujero interior. Esos son los momentos en los que a Marcelo Moura se lo ve más suelto y la gente más responde. Particularmente prefiero al Virus más de canción, el que demuestra que detrás de capas de sintetizadores, solo hay canciones puras creadas desde una guitarra acústica. Julio Moura tiene su momento con una especie de acústica/ukelele para una re versionada Dame una señal.

Obviamente los dos tienen rasgos de Federico en la voz: mientras la de Marcelo funciona mejor en los momentos pop, la de Julio lo hace mejor en los cancioneros. Daniel Sbarra también tiene su momento cantando Dicha feliz y reparte su trabajo con Julio entre la guitarra rítmica y la solista, y es el que inyecta un poco más de distorsión. Con Nicolás Méndez en la batería logran que temas con Wadu Wadu o A mil suenen un poco más pesados y esta vez más actuales.

Marcelo presenta Superficies de placer como su canción preferida. Coincidimos con él. Y mientras aparecen imágenes de Federico sobre la pantalla. Siempre es difícil no tener a un miembro de la banda en este mundo, más con toda la carga emotiva que representa la figura de Federico Moura.

El final es con esas canciones que no tienen fecha de vencimiento: ¿Qué hago en Manila?, Densa Realidad, Luna de miel en la mano y Carolina. Treinta años de carrera resumidas en dos horas que dejé al publico contento.

La cuestión para disfrutar a  Virus hoy depende del aproche que uno tenga hacia la música. Particularmente, y los fanáticos coincidirán, creo que ya es hora de nuevo material. No porque el catálogo esté gastado, sino porque una de las cuestiones de cumplir 30 años, no es solo celebrar el pasado, sino también el presente.

azafatodegira.com

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