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Bring Me The Horizon: Nuevo espíritu, mismo horizonte
La banda inglesa regresó a Buenos Aires después de 5 años para presentar su último disco «That´s the spirit» con dos fechas consecutivas en Groove. Aquí te contamos cómo estuvo la segunda.
Sin dudas, Bring Me The Horizon pasa por uno de esos momentos particulares para cada banda en ascenso: ganadores de premios, reconocidos mundialmente y hasta mediáticos debido a la mesa rota de los Coldplay en pies del frontman y screamer, Oliver Sykes. Ya convertido en un adulto, el joven que nos visitó en 2011 en el teatro Flores evolucionó en algo superior, desprendiéndose del estilo que los caracterizó en los primeros discos. Deny y Melián se encargaron de amenizar la espera.
Este nuevo BMTH es más rico musicalmente: tiene más teclados, efectos y voces melodiosas. Ellos mismo defienden este nuevo rumbo de la banda basando casi todo el set list en los dos últimos discos, «Sempiternal» (2013) y «That´s the spirit» (2016). Sólo sonaron dos clásicos en la doble jornada en Groove: «Chelsea smile» y «Blessed with a curse» para alegría de los fans más veteranos.
Comenzaron el concierto con el mismo orden de canciones del CD que están presentando: «Doomed» como para entrar en calor, y «Happy song», ese mismo con el que un mes atrás Oliver destrozara la mesa de Chris Martin en los NME awards. Al subir al escenario, Sykes retiró el pie del micrófono porque no iba a usarlo por el resto del set. Entre saltos, arengas y movimientos es un sujeto con una presencia y dominio del escenario admirables. Por ejemplo, con una sola orden le basta para pedir a todos los presentes que se agachen, solicitar encendedores arriba, o dirigir un circle of death entre las masas, tal cual sucedió en «House of wolves», cuando el piso se dividió en dos. Otro de los momentos se dio en “True friends”, muy cantada por la audiencia.
El sonido saturaba al principio, pero no ocasionó problemas ya que la banda ya no hace el típico post hardcore de breakdowns. Actualmente abunda lo introspectivo, con varios medios tiempos con voces melódicas, a diferencia de discos como «Suicide Season» (2008). Temas como “Throne”, que fue de la partida, señalan mejor ese cambio. Finalizaron con «Drown”, tema de su último cd.
Siguiendo con la lista, no hubo diferencias entre ambas fechas. A los fans nuevos les habrá encantado y los de la vieja escuela estarán menos complacientes. A eso sumémosle la performance corta (hora y cuarto de show), y que la despedida del miércoles no fue tan cálida como la del martes (donde terminaron con camisetas de Argentina que desaparecieron el día después). Afortunadamente las canciones más nuevas fueron bien recibidas, y la banda supo reinventarse antes de agotar el género y obtuvieron el reconocimiento merecido. Ahora, ¿a qué horizontes musicales podrán arribar más adelante?
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