
DISCOS
Campeones de la vida
Un poco de historia reciente: a fines del 2007, Massacre pegó el salto violento a la masividad. De pronto, la banda liderada por el carismático y querible Wallas se sometió a una llamativa sobreexposición en los medios de comunicación, por obra y gracias del aclamado álbum reciente de aquel entonces: “El Mamut”. Así las cosas, luego de 20 años de vida, el merecido reconocimiento llegó con dos paradas cumbres en la historia del conjunto: el recital en el Estadio Obras (2008), y la presentación en el Luna Park (2009). En el medio, además, se editó un disco tributo a Massacre. Pues bien, luego de tantas flores y tantos premios, ¿qué viene? La respuesta es fácil.
En principio, para encarar este proyecto, la banda cambió de productor artístico. Recordemos que el Perico Juanchi Baleirón había sido la visión externa del exitoso álbum anterior, mientras que ahora, la colaboración en el estudio fue de Alejandro Vázquez (Bersuit, Intoxicados, Carajo). Así, luego de meses de trabajo con los demos justos, llegó “Ringo”; una placa que le debe su título a la memoria del emblemático boxeador de Parque Patricios: Oscar Bonavena.
Con toda su potencia musical, los golpes del quinteto se sienten en la primera parte del disco. Son trompadas que te dejan sin chance desde el principio, directo al mentón; como para que no llegues al segundo round. De esta manera, se suceden piezas fuertes que son impulsadas por la viola miembro fundadora de Pablo “El Tordo” Mondello; siempre apoyado, claro está, por su coequiper guitar hero, Federico “Fico” Piskorz, y la base sólida de Bochi Facio (bajo) y Charly Carnota (batería). Algunos highlights de este segmento son el inicio demoledor de “La web del siglo”, el destino de hit del pegadizo “Tanto amor”, y el sitar invitado de Facundo Cruzque abre y cierra “Tengo captura”; tema rutero que cita explícitamente a los platenses de Él Mató a un Policía Motorizado.
Luego de “La virgen del knock out”, la canción que homenajea al legendario “Ringo” Bonavena, las melodías y la pluma de Wallas coinciden en oscurecerse en “El deseo”; uno de los puntos más altos del álbum. Esta oda al rock de los 40, dice: “A esta edad es cuando comienzan / a seducirnos las sombras / una noche de tragedia / y están vencidas las drogas”. Toda una postal de un skater viejo que sigue rockeando igual que a los veinte.
Sobre el tramo final, “Muerte al faraón”; o los jóvenes militantes según Wallas, que en el último Cosquín Rock dijo que Néstor Kirchner fue el mejor presidente de los últimos 30 años. Además, “No pruebo nada”, “El robot vs. La momia azteca” y “Lo mío no es tan grave” redondeando un disco que redobla la apuesta. Acá, quizá, sacan el pie del acelerador, pero mantienen intacto dos sellos del grupo: la lírica lúcida y los cambios de ritmos impredecibles.
Sin lugar a dudas, “Ringo” cumple las expectativas de todos aquellos ansiosos que esperaban saber qué venía después de “El Mamut”. Lejos de amilanarse por tener la mirada puesta de mucha más gente, los Massacre ex Palestina te invitan a dejarte arrollar por su obra épica; de la mano del eterno Bonavena. Bienvenido al mundo de los conflictuaditos.
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