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Metal para todos – Día 3: Pluralidad
El sábado, en Groove, se llevó a cabo la última fecha de la octava edición luego de la suspensión del día 2. Con una diversidad interesante se destacaron A.N.I.M.A.L., Plan 4, Cabezones y Coral. También pasaron Tano Romano, Melian, Roma y Metralla, entre otras.
Desde su nacimiento en 2008 hasta su sexta edición en 2013, el Metal para Todos contó con el apoyo masivo del público, principalmente atraído por una cartelera súper jugosa. Sin embargo, desde el año pasado la situación ya no fue igual con un Malvinas Argentinas bastante despoblado; por eso este año se decidió darle una vuelta de tuerca con tres fechas en Groove en tres fines de semana y con un solo escenario. Pero el arranque tampoco fue el esperado con un primer día de escasa convocatoria y el segundo directamente suspendido.
Para tratar de levantar la situación se realizó mayor publicidad con el fin de tener un marco acorde a las expectativas. No obstante, cuando comenzó todo a las cuatro de la tarde con bandas del interior como las cordobesas Iridio y Nos, la marplatense Omega y la pampeana Kyrios, el contexto parecía ser similar. Recién pasadas las 20 horas, la cosa tomó algo de color con la presencia de Coral.
De este modo, el grupo liderado por Facundo Coral (ex Tren Loco) acaparó una mayor atención y lo retribuyó con una gran performance. Su trash rutero se notó en la propia “No hay perdón” y en la personal versión de “Overkill”, de Motörhead. La voz de Tren Loco, Carlos Cabral, también fue de la partida con su grupo paralelo, Cabral. Aquí el cantante mostró su tono más oscuro de la mano de riffs bien guitarreros. Ya editaron un EP, y de ahí sonaron «Infierno interno» y «Gritos de la noche».
El death metal de la vieja escuela estuvo representado por Matan S.A. De la mano de canciones como «Panik attack» y «Repugnante, asqueroso y malvado», el grupo mostró su contundencia y actitud. Su vocalista «Wata», más allá de pudrir la voz, trata de cantar lo más claro posible.
Lo de Cabezones fue bien distinguido con un set de seis clásicos en versiones muy atractivas. «Despegar», «Frágil» y «Pasajero en extinción» sonaron increíbles con un Cesar Andino vocalizando como en sus mejores épocas. También le agradeció al público por respetarlos y se sorprendió por tocar un tema de Gustavo Cerati («Sueles dejarme solo») en un festival de metal con la mejor recepción.
Roma no tuvo una tarea sencilla ya que el metalero clásico los ignora; su sonido particular no les cae bien. Encima el arranque del set fue desparejo con un audio desordenado y poco claro. Pero gracias a la energía de su vocalista Sergio Munich pudieron girar en algún punto esta postura. Con temas entradores como “Mala leche”, “Como estamos hoy” y “Bla bla bla” se ganaron unos votos.
El show de A.N.I.M.A.L. dividió al festival en un antes y un después. No solo tocaron mayor tiempo que el resto (una hora) sino que agruparon la mayor cantidad de gente. Se los ve cada vez más afilados y afianzados en su rol, ya sin los nervios del debut. «Sol», «Milagro», «Combativo» y «Gritemos para no olvidar», himnos que atrapan y que despiertan la locura siempre. Andrés Giménez se mostró ofuscado por la floja convocatoria.
El trash ochentoso de Metralla llegó en un momento difícil de la noche, el post A.N.I.M.A.L., cuando la cantidad de espectadores que se retiró fue importante. Ellos igual pudieron demostrar esa dosis justa de violencia y poder. Los clásicos de Horcas, “Muerto en la calle” y “Solución suicida”, generaron sus lindos pogos.
Una de las grandes bandas de metal de la actualidad, Plan 4, sufrió con el cansancio del público. El desgaste de tantas horas influyó al momento del set, aunque no en la energía de la banda. Con el «Tano» Romano sucedió lo mismo. Los clásicos de Hérmetica sonaron poderosos aunque en un contexto lejos del ideal.
El año que viene será un todo un desafío para las organizadores para ver cómo retoman el interés del metalero por el evento.
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