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Primer paso

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Dentro del movimiento electro-pop, el dúo sueco formado por Jörn Synneby y Daniel Hogberg venía llamando la atención del público argentino desde la salida del debut “Reveries”, de 2008. Sin embargo, el grupo tomó mayor notoriedad cuando Gustavo Cerati los recomendó a través de un tweet. Sus fans tenían la oportunidad de verlos en directo y disfrutar de las composiciones.

Más rock del esperado

Benito Cerati, el hijo mayor de Gustavo, estuvo a cargo de la apertura, pero no con su banda Entre-paréntesis sino con su proyecto solista. Según comentarios de los presentes (no quería prensa durante el set), Benito interpretó seis canciones junto a Lisa, su hermana menor, y el tecladista Leandro Fresco, miembro de la banda de su padre.

A minutos del show de Pacific! se podía observar una buena cantidad de espectadores, en su mayoría gente joven y moderna, muy característica del barrio porteño de Palermo. Todos estaban a la espera del inicio.

El dúo salió a escena a las 22.35, camuflados con capuchas, jeans y zapatillas blancas, y desde el primer acorde impusieron su sensibilidad y buen gusto para las armonías vocales y musicales. A la presencia de Synneby (guitarra y voz) y Hogberg (guitarra) se le suma un baterista, que les da un sonido y una vibración más rockera.

El show estuvo dividido en cuatro segmentos, aunque durante el set no se percibió esta fragmentación. Es decir, el concierto se realizó de corrido y duró 75 minutos. La primera parte fue un popurrí de los dos discos, luego se centraron en “Narcissus”, a continuación un homenaje a Cerati y por último, recorrieron “Reveries”.

Si con el primer disco la puesta en escena era más electrónica, con Hogberg en teclados y sin ritmos de percusión, con su segundo álbum, “Narcissus” (2010), decidieron darle una vuelta de tuerca con la incorporación de otra viola en lugar del teclado, y de una batería. De este modo, lograron un audio más distorsionado.

Innovando

“Narcissus” es una obra conceptual inspirada en el mito griego de Eco y Narciso, y basada en un ballet contemporáneo. Para este álbum buscaron un espíritu más oscuro y no tan luminoso como el anterior. Durante el show estas diferencias quedaron bien marcadas, no solo en lo estrictamente musical, sino por la reacción más efusiva de sus fans ante las melodías de “Reveries”.

El sonido fue impecable a lo largo de todo el set, generando que cada arreglo y sutileza se aprecien de maravilla. La voz grave de Synneby o los punteos de Hogberg tuvieron el marco ideal y necesario, tal como se distinguió en “King of the night”, “Unspoken” y “Dancing on your grave”.

Como una manera de agradecerles por la ayuda que les proporcionó, los Pacific! le dedicaron un bloque a Cerati. El primer tema de un bocadillo de cuatro fue “Disapeer”, justamente la melodía que subió en aquel tweet, y que tanto beneficio les dio. En el sector vip estaba toda la familia de Gustavo, que eran fotografiados constantemente. Sin dudas, fue el momento de mayor emoción en los presentes.

Por supuesto, no se olvidaron de lo electrónico, ya que muchos instantes del show contaron con estos ingredientes, como en “Number one”, “Hot lips” o la final “Narcissus”.

Suecia siempre contó con artistas de trascendencia mundial en distintos géneros, tales los casos de Roxette, The Sounds, The Hives, Opeth y Millencolin, entre tantísimos otros. Y de a poco, Pacific! intenta colarse dentro de esa lista eterna. Por ahora, van por buen camino.

Redacción ElAcople.com

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