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Wayne Hussey y Jimmy Rip: Hermanos de sangre

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El líder de The Mission y el guitarrista de Mick Jagger compartieron escenario en una noche tan disímil como efectiva.

Hay combinaciones que no funcionan desde el primer momento. Otras que uno ya sabe que son un éxito asegurado. Y están las más emocionantes, que son las que intrigan. La unión de Wayne Hussey y Jimmy Rip puede ubicarse en esta última categoría. Un inglés insignia de los sonidos más oscuros de su país, emblema de esos raros peinados nuevos, y un estadounidense enamorado con los sonidos americanos de antes de su nacimiento. Incluso Boris, el lugar elegido, parece terreno visitante para estas leyendas del rock and roll.

Caminando entre el público, de eterno negro y whisky en mano, Jimmy Rip hace su aparición en escena. Los años viviendo en Buenos Aires le han propinado un buen dominio del español, que sirve para ponerse en el bolsillo a un público que no es el suyo y que escucha respetuosamente. Arrancando con “Wandering spirit” de Mick Jagger, lleva a su esencia más pura una composición que en la versión del cantante de los Rolling Stones tiene un tinte más pop. Para la humorística “No entiendo, lo siento”, la estrella de la noche se le une. Jimmy devuelve gentileza acompañando al inglés con “Ain’t no prayer in the bible”, para luego dejar al protagonista solo en el escenario.

Acompañado de una guitarra y un vino, estos shows le sientan bien a Hussey. Hay cierta intimidad y sensación de que la noche da para todo; más que un recital hecho y derecho, por momentos nos sentimos en la habitación de su casa tocando sus temas preferidos. Porque más que un repaso de su carrera, esta será una noche de las canciones que lo han impactado profundamente. Pueden ser sus contemporáneos como “A night like this” de The Cure o “The Killing Moon” de Echo & The Bunnymen, o históricos como Lennon en “Love” en el hermoso piano de la casa. Tambien hay pasajes de su histórica banda como “Love me to death” , “Black Mountain Mist”, o una histriónica “Like a child” que los fanáticos no dudan en acompañar en cada momento. Por momentos hay tanta efervescencia que no parece un coqueto lugar de Palermo Hollywood.

Wayne Hussey, obviamente, es un gran compositor, pero también es un gran interprete. El caso más emblemático es una emocionante y oscura versión de “Careless Whisper” de George Michael, totalmente transformada. ¿Mejor que la original? Muy posiblemente.

Pero la emoción de la noche pasaba por los momentos que compartirían juntos los músicos. Arrancando con “House of the rising sun”, el dúo va de menor a mayor. Siguen una delicada “As tears goes by”, de sus majestades satánicas, y para “Dancing Barefoot”, de Patti Smith, los músicos se sacan chispas. La gente está parada, cantando, Hussey canta con todo su ser y Jimmy Rip saca fuego a la guitarra. ¿Por qué músicos tan disimiles tienen tan buena química y sonido juntos? Porque en realidad no son tan distintos: el amor por el rock clásico y puro los une. Tal vez experimentaron con sonidos diferentes, pero nadie puede dudar que a la hora de “Like a hurricane”, de Neil Young, o “All along the watchtower”, de Bob Dylan, la esencia es la misma: hablan el mismo idioma.

Lejos de las luces y los grandes estadios, Wayne Hussey y Jimmy Rip dieron un show realmente notable. Y a pesar de no tener una pared de Marshalls atrás ni una legión de bateristas, lograron dar un concierto de igual intensidad. La única pregunta que queda es: ¿cuando se juntan para grabar algo?

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azafatodegira.com

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