RESEÑAS
Redescubriendo el camino

Bajo el marco de la “Ofiuko Fest”, la banda fundada por Rodrigo Martín brindaría su primer concierto de 2011, después de los shows del 25 y 26 de diciembre pasado en el ciclo “Juana de colección”, en el que tocó cuatro discos por fecha.
Palo y a la bolsa
Previo al show principal, actuaron tres interesantes y disimiles bandas soportes, Tricotaforfai, Zoobahnhof y Mariscal. Si bien, solo Zoobahnhof se emparentaba en algún punto al sonido de Juana La Loca, todas lograron acaparar la atención y entretener.
Por ser el reencuentro con sus fans y por presentarse en un lugar pequeño, se especulaba con una muy buena asistencia. Sin embargo, por la escasa difusión de la fecha o porque tocarían bien entrada la madrugada, el público presente no fue el esperado.
De todos modos, a los músicos de Juana La Loca poco pareció afectarles, ya que apenas pisaron el escenario se los observó con mucha energía y en una muy buena forma musical. El arranque con “Mercurio”, del opus “Electronauta” (1993) fue el ideal ya que respetaron aquella efervescencia juvenil que tanto los caracterizaba en sus inicios.
La nueva formación, que está compuesta por Niko Colonna -teclados/sintetizadores- y Pablo Galetto -bajo- (ambos ex Demonios de Tasmania), Guille Coda –guitarra y coros- (fundador de Peligrosos Gorriones) y Richhi –batería-, ha renovado la imagen del grupo.
Clásicos como “Invisible”, “Agujeros Negros” y “Alucinaciones” se ven beneficiadas con este seleccionado de músicos de los ’90. Rodrigo sabe que está bien acompañado, y hace un esfuerzo para mantenerse de forma saludable para no tirar por la borda el buen trabajo de sus compañeros.
El poco pero afectuoso público cantó con pasión cada una de las melodías, como los casos de “Al filo de la noche” y “Perdí la fe”.
Álbumes como “Revolución” (1995), “Vida Modelo” (1997) y “Casablanca” (2005) tuvieron mucha aceptación tanto en los medios como el público. Hoy por hoy, aquellas canciones continúan produciendo lo mismo en sus fans.
El cierre con “Vida modelo”, tras menos de una hora de show, es una excelente muestra que el paso del tiempo no afecta a aquellas buenas melodías, y que el público las toma como propias.
Juana La Loca siempre tuvo la particularidad de cambiar sus integrantes disco a disco. Esto los perjudicó notablemente en su carrera, ya que nunca pudieron afianzarse. Su líder, Rodrigo Martín, con su fama de tipo conflictivo, fue el responsable de estas intermitencias. En la actualidad, intentarán despegar nuevamente. Veremos qué les deparará el futuro.
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