RESEÑAS
Sombras de la noche

El público doombeta/gótico es una anomalía dentro del público argentino. Es, tal vez, el más contemplativo, el más compenetrado con la música. No hay exageraciones: esa cosa de querer darle el espectáculo a la banda; debe ser porque Katatonia toca otras fibras. Como Anathema, como Paradise Lost. Esa camada de músicos. Y el público que siempre está compuesto por las mismas caras, que ya los conocés de los shows del género.
La fidelidad del fan se nota mucho en estos casos. Katatonia, junto con las antes nombradas, son de esas bandas en constante mutación, y hoy se encuentran en un lugar diferente al que comenzaron. Digamos que sus intervenciones en el doom tampoco fueron las más ortodoxas; siempre se observó un encantamiento con la melodía más pura. Supongo que con los años algunos ya no quieren afinar grave la guitarra y cantar guturalmente. Gente como My Dying Bride no tienen problemas en esto. Katatonia y Anathema van por el lado de la canción.
A las 21:30 sale la banda con Day and then the shade, tal vez una declaración desde el título de hacia dónde apunta la banda. El que fue sabía qué esperar y no podía decepcionarse. El set está basado en sus últimos tres trabajos, los que muestran un sonido más claro y limpio, y que choca con los fans vieja escuela que en general se encuentran en el fondo del recinto. Adelante están los incondicionales. Atrás están los que analizan.
Y la banda va decididamente al choque, eligiendo tocar muchas canciones de The great cold distance, disco que en su momento dividió muchas aguas debido a sus sonidos y las composiciones. Lejos, lo más accesible que ha parido la banda. Hay grandes canciones en ese álbum: My Twin, July, Leaders; todas bien recibidas por el público. Pero es verdad, si le ponés esos temas a tu madre o a tu novia que no está en la movida, seguramente le gusten.
Ya dijimos. Por parte del público no hay mucho circo: varios se animan al mosh, aunque no estamos hablando de una banda tribunera. Los momentos más intensos suceden cuando suenan los hits, o lo que sea que tenga la banda: Ghost of the sun, Criminals y Evidence. Esta última, tal vez, una de las mejores composiciones de la banda y de los últimos tiempos. Todas pertenecientes a “Viva Emptiness”, disco que hizo un quiebre definitivo y los llevó a profundizar más en el camino melódico.
Ya cuando algunos perdían las esperanzas y la banda estaba en el tercer bis, regalan un par de temas viejitos; para los pibes suenan Without God y Murder,del primer y segundo disco, respectivamente. Esos de afinaciones graves, voces guturales y que asustaban a madres y novias.
El cambio no tiene por qué molestar. Katatonia no ha temido mutar y ha ganado cosas. Ha ganado musicalidad, matices y público. Cuando las cosas se hacen bien, no se discuten.
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