RESEÑAS
Gritos de muerte y libertad

Ya el pequeño espacio que separa la vereda de la calle Montevideo del lugar del encuentro musical significa ingresar en un submundo oscuro y fríamente machista. En las paredes del bar de la parte superior de Melonio milimétricamente se concentran imágenes recortadas de revistas de mujeres desnudas y no tanto, junto con una variedad ecléctica de flyers y fotos de estrellas consagradas como Mötley Crüe, Diego Maradona, Iggy Pop, Bob Dylan y Nekro, entre otros. Tristemente aquello empobrece el abanico de posibilidades de acción y liberación que el rock y el arte han sabido desarrollar en su historia.
Sin embargo las bandas que allí tocaron el viernes 11, The Old Time Brigade, Vietnam y Alce Negro, se plantaron y dieron una lección acerca de cómo el alma del rock se construye en su libertad de ser como es, y no como se supone que debe ser. Nada más lejos de los estereotipos amables a los oídos y vendibles en las pantallas, que estos muchachos rudos que hacen ruido desde el corazón homenajeando a héroes proféticos guerreros, y le cantan a la muerte con desprecio.
Cerca de la una de la madrugada arrancó la primera. Los chicos de The Old Time Brigade, con Ariel en guitarra y voces, Nicolás en batería y Diego en bajo, se subieron sin muchas vueltas e hicieron sonar “Fuck all the people”, para seguir con “We re trashing all around” y “Pumpkinhead”, entre otros. El sonido punk hardcore patinetero del trío es rápido y furioso; prácticamente no hay espacios ni diálogo entre los temas.
Además tocaron “You must die”, “Live your life” y “Rebelion Rock”. Nada de protocolo o camaradería, nada de canciones de amor o delirios adolescentes. Ellos demolieron las paredes del silencio con sus temas cortos e irreverentes. Cerraron con “Kill all the humans” y “Rock tonight”, y así como habían subido se despidieron y agradecieron al público exiguo pero inquieto.
Luego de un corto entretiempo en el cual se podían escuchar de fondo los grandes éxitos de AC/DC, fue el turno de Vietnam, flamante banda de stoner rock liderada por Claudio “Pastor” Filadoro, actual integrante de Buffalo y ex Natas. No obstante, su apodo guerrero es Kowalski, por el héroe condecorado en la guerra de Vietnam, que sin embargo, nunca pudo encajar en la sociedad y se convirtió en fugitivo. Thompson, en guitarra, fue un piloto de helicóptero del ejército que rescató a civiles vietnamitas durante la matanza de My Lai, y MacArthur en batería, en nombre de aquel famoso soldado ambicioso que sugirió el uso de las armas atómicas de manera táctica en el marco de la guerra.
“Bienvenidos a esta pequeña fiesta”, saludó el frontman e inmediatamente comenzaron a temblar las paredes al ritmo de “Laos risin” y “Bloodstone traffic”. Vietnam se muestra como una banda que hace culto a la guerra, no solo por el nombre y los apodos, sino también a través de cortas anécdotas que en escena buscan crear un sentido de realidad que se mimetiza con las letras y hace volar espiritualmente a los presentes. Como “Bite the rat”, que según explicaron, describe duros momentos que debieron sobrevivir en combate sin prácticamente probar bocado. La bola de rock contundente era como un tanque de guerra que no pensaba detenerse. Para cerrar eligieron “Fight fire with death”, “One nation”, cover de Sacred Eeich , y “Castles made of blood”. Los Vietnam logran hacer de su crudeza y sus tonos graves ilimitados un gesto agradable, de la mano de un obsequioso Pastor, que demuestra en las alturas su temple de referente del rock argentino.
Alce Negro, conformada por
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