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Bullet for my Valentine: despiertan los demonios

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La banda galesa regresó a Buenos Aires compartiendo gira con Motionless in White. Un mismo público, grandes músicos y performances, pero con distintos resultados en el vivo hicieron de la noche del martes una fecha inolvidable.

Afuera era una de las jornadas más gélidas de la ciudad; adentro era una caldera. A pesar de ser martes, cientos de demonios invadieron Groove llenando su capacidad. Se trató de la parada sudamericana del “Raising Hell Tour” de Bullet for My Valentine; por segunda vez en Buenos Aires (la primera había sido en el teatro Flores, en 2011), en esta ocasión la banda galesa de metal alternativo – en la misma dirección de Avenged Sevenfold– trajo consigo a Motionless in White, el nuevo gran exponente del metalcore industrial.

También era la segunda vez que MIW pisaba suelo nacional acompañando a otra banda. En aquella ocasión había sido en el teatro antes mencionado junto a Asking Alexandria. De cualquier manera, por la increíble recepción recibida en Palermo, ya está determinado que la tercera vez tienen que ser cabeza de cartel.

La banda de Pensilvania liderada por Chris Cerulli salió a escena pasadas las 20 a comerse el escenario. Una gran bandera argentina fue agitada por el cantante a su entrada mientras sonaba “Break the circle”, de su disco “Reincarnate” (2014). La mayoría de los temas fueron de ese álbum a la vez que intercalaban clásicos de “Infamous” (2012) y “Creatures” (2010), como “America” (muy festejada), “Abigail”, “Devil’s night” y “If it’s dead, we’ll kill it”.

Un set ideal para el fan y para el que los veía por primera vez, que seguramente quedó cautivado. Entre todos estos pelilargos pálidos se destacó el bajista Devin “Ghost” Sola con su máscara intimidante a lo Slipknot. Otra fue la labor del guitarrista Ryan Sitkowski, quien no se despeinaba a pesar de los potentes saltos. Finalizaron su lista con el cover “Du Hast”, himno de los alemanes Rammstein, e “Immaculate misconception”. Algo no menos importante fue su calidad de sonido, que fue de menor a mayor, algo que no se repitió al momento de Bullet For My Valentine.

Esta fue una gira especial para los galeses. Primero porque presentan al nuevo bajista, Jamie Mathias, y también porque adelantaron muchos de los temas de lo que será su nuevo disco -aún no lanzado – llamado “Venom”; por ejemplo “No way out” con el que comenzaron. Y finalmente, porque filmaron buena parte del concierto para lo que será un posterior videoclip.

Los gritos de la gente estuvieron controlados, aunque todo se vino abajo para la seguidilla de “You betrayal” (con un redoble de bombos que paralizó corazones), “Raising hell” y “Scream aim fire”.

“Are you still alive?”, preguntaba el cantante y guitarrista Matt Tuck a un público entregado al agite por temas como “Waking the demon” y “The last fight”. Este último fue con una intro acústica entre el artista y cantada por los fans. Se trató de un set ajustado, ya que dejaron temas fuera de “Temper Temper” (2013) dedicándole el espacio a sus clásicos y a adelantar canciones de “Venom”. Pero por desgracia hubo problemas de sonido que no acompañaron la actuación de los músicos.

Por momentos no se escuchaba bien una de las violas, y el audio del micrófono también perdía volumen. Así iban y venían estos problemas. Aunque nada de esto le sacó brillo a los geniales solos de Michael “Padge” Paget, el más veterano allí arriba del escenario. Al volver de los bises se despidieron con “You want a battle?, Here’s a war” y “Tears don’t fall”, de su primer álbum, “The Poison” (2005).

Bullet For My Valentine tendrá su revancha. Es una banda joven, su público da el presente y acompañará siempre. Lo que es seguro es que habrá próxima vuelta de los galeses, para vencer a estos demonios sonoros.

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Redacción ElAcople.com

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