ENTREVISTAS

Lörihen: “El corazón es el motor y la cabeza es el volante”

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La longeva banda de heavy metal vuelve con “Aún sigo latiendo”, su nuevo disco de estudio en un largo tiempo.

Nos juntamos a hablar con su líder y guitarrista, Emiliano Obregón, para que nos cuente los detalles de este próximo lanzamiento.

¿Cómo fue volver a componer material nuevo después de 8 años?

El proceso de composición para nosotros es algo bastante particular y especial. Tiene que haber necesariamente un disparador, cosa que no hubo en estos últimos 8 años. No se forzó sacar un disco porque sí; las ideas que aparecían no terminaban de cerrar. El grueso de la composición lo hago yo en el estudio, y ninguna de las ideas que venían apareciendo tenían peso para quedar plasmadas en un disco. Tampoco había una necesidad imperiosa de decir algo para sacar un disco.

¿Cuándo empezaron a grabar el disco?

El disco se empezó a gestar en 2013, y se termina de componer sobre la grabación misma, con varios de los temas ya registrados. Es por eso que fue un disco que se concibió de una manera muy diferente a los anteriores, que refleja la actualidad de la banda. Esto no nos pasó con discos anteriores. “Bajo la cruz” abarcó varios años anteriores a la salida del disco. Ni hablar de los anteriores: “Utopía” refleja las primeras composiciones como banda, “Paradigma” agarró 3 años de composición previos. Es por eso que “Aún sigo latiendo” refleja la actualidad de la banda en el último año y medio, es muy vigente con lo que nos pasa hoy en día.

¿Cuál es el concepto del disco en sí?

El concepto del disco es la vigencia, mantenerse vivo. En parte está tomado del concepto de “Modernidad líquida”, del sociólogo Zygmunt Bauman, que habla sobre esta cuestión hiper expeditiva que vivimos. No es un pensamiento nuevo, pero se mantiene vigente. Él previó todo este gran cambio que hay hoy en día con la conectividad, la globalización, la manera de comunicarnos. Lo que es no consolidar las relaciones, la interacción con la gente por la forma de vivir que tenemos. Esta necesidad de estar conectados las 24 horas, por Twitter, Facebook, etc. y los daños que eso provoca en los vínculos: no conozco una sola pareja que no haya tenido una discusión por un evento, un roce, algo que haya visto en Facebook. Toda esta cuestión de información y de inercia con la que uno vive, repercute en las relaciones interpersonales, en los vínculos y en cómo formamos a las futuras generaciones.

A partir de una pérdida o el fin de una relación se genera una introspección interesante, que me llevó a buscar el por qué algunas cosas no cerraban en mis relaciones. En qué puntos falle, y en qué falló la otra parte.

Entonces, ¿decís que la clave del disco es la comunicación?

Exactamente. La comunicación es cada vez más acotada. Uno conecta cada vez con menos puntos. Me doy cuenta que encontrarse para un café, o el asado con amigos, es algo cada vez menos frecuente. La comunicación es todo por un grupo de WhatsApp. Cada vez se hace más difícil juntarse por la vorágine que uno vive, o por los compromisos que tiene. Pero estamos todos conectados por ese mismo grupo. Uno está en contacto, pero a su vez no lo está. Para mí es algo chocante, ya que antes se manejaba de otra manera. Los chicos de hoy en día se manejan así. No tienen el know how que tenemos nosotros. La brecha que existe entre la generación de mi viejo y la mía, es mucho más grande que la que hay ahora.

Pese a toda esta cuestión, “Aún sigo latiendo” nos lleva a reflexionar cómo vivimos. No plantea un paradigma nuevo, sino que hay que hacer un parate, ver cómo vivimos y qué cosas pueden ser contraproducentes.

Contame sobre las participaciones que hay en el disco. ¿Cómo dieron con Lula Bertoldi (Eruca Sativa) para grabar “Sueños rotos”?

El contacto con Lula se dio a partir de Hernán Rupolo (ex Connor Questa) y a partir de Julián (Barret, guitarrista de Lörihen), quien la encontró en diversos festivales y en el back de algunos shows. A partir de ahí formalizamos la invitación. Ella vino al estudio sin conocer la canción, y lo grabó en una sola toma. Creíamos que su voz era la ideal para grabar “Sueños rotos”. Cuando lo cantó nos dimos cuenta que era la ideal.

También trabajamos con Andrés Blanco (Acid Rain), un amigo con el que trabajé muchos años en el estudio. Le tiré una pista, y él termino agarrando todo a la perfección. También, por último, tenemos una colaboración en las voces por parte de Susana Asppera.

¿Cómo trabajaron el concepto del arte de tapa?

Es una idea que fui llevando a partir del nombre; de lo que considero es el motor de todo ser humano: el corazón. Podemos decir que el corazón es la fuerza de empuje, el motor; y la cabeza es el volante, lo que nos lleva a tomar la decisión de qué camino tomar.

Nada mejor que cruzar la imagen de un corazón cibernético, con toda la cuestión de las redes y de la virtualidad que justifica cualquier cosa.

Pensamos otros conceptos que quizás eran más volados y escandalosos, pero este es el más sintético y refleja bien lo que hay en el disco.

Por los avances que pusieron online, hay algunos elementos de corte AOR en el disco. ¿Cómo llegaron a ese sonido?

Este es un disco que está mezclado en muchas horas, con mucho laburo y producción. La idea era sacar un disco con este nivel. Que no sea visceral ni crudo, sino que tenga una elaboración, siendo más rítmico y más blando que discos anteriores. Hay mucha presencia rítmica de guitarras eléctricas y acústicas, pero también hay mucho aire y sintetizadores, que le da un vuelo armónico a los temas. Eso quizás le de ese color del AOR más moderno.

¿Tienen pensado más fechas después de la presentación? ¿Alguna gira o fechas muy puntuales?

Vamos a ir donde tengamos que ir. La idea no es girar de manera inconsciente e incoherente, como lo hacíamos en los inicios, sino de cuidarnos un poco más ya que no tenemos 20 o 30 años. Queremos ir al interior, a todas las ciudades que se pueda, siempre y cuando se den las condiciones. Nosotros elegimos siempre cuidar el aspecto de un show y qué es lo que le damos a la gente que paga su entrada. Sobre todo en el interior.

Con todas las escenas musicales que hay en la actualidad, ¿dónde ubicarías a Lörihen hoy?

Lörihen es una banda que va a cumplir 20 años. Esta formación es la que más duró: es la única que grabó 2 discos. Una de las características de la banda siempre fue la puesta en vivo, lo fuerte que sonábamos. El vivo es uno de nuestros puntos más intensos. Yo creo que somos una banda de heavy metal. Somos personas muy abiertas, y nuestro público es muy especial. Gente que va del metal al metal extremo. Como así también gente que no conoce otra banda de metal además de Lörihen. Estamos abiertos a formar parte de cualquier escena.

*Lörihen presenta “Aún sigo latiendo” el sábado 6 de junio a las 20 en Teatro Vorterix. Entradas a $120 por www.fullticket.com

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