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J Mascis: El padre del rock alternativo
Luego del memorable debut «Several Shades of Why» (2011) y el reciente «Tied To A Star» (2014), el mítico líder de Dinosaur Jr. arribó a Niceto para presentar su faceta solista en el nuevo ciclo Martes Indiegentes. Acompañaron las locales Laura Crespi y Luciana Tagliaprieta y las Chicas Nieve.
Al abrirse el telón se ve a un tipo avejentado, solo en el escenario. Hay dos guitarras acústicas, tres aguas y un atril; eso es todo. Él, cabizbajo, muy tímido, con un look al mejor estilo Gandalf devenido en hipster de Brooklyn y aledaños, contra el público impaciente. No dice nada hasta el cuarto track, y agradece. Vuelve a agradecer casi finalizando el show y esa es toda la comunicación establecida de la jornada.
Al igual que en ambos discos de J, “Listen to Me” y “Me Again”, fueron los encargados de abrir la presentación. El primer arrebato noise llegó pronto con “Little Fury Things”, track del titánico trío alternativo. Para los presentes en el Teatro de Flores durante la primera y única presentación de los Dinosaur Jr. en 2012 no debe haber sido una sorpresa. En cambio, mucho de los presentes se taparon los oídos por el volumen saturado y ensordecedor.
Y navegando entre su titánica discografía fue transcurriendo el show. “Ammaring” (J Mascis & The Fog) “Out There”, “Not The Same” y “Alone” (Dinosaur Jr.) sumado a los ya tradicionales covers “Fade Into You” de Mazzy Star y el corrosivo cierre luego de un breve bis con “Just Like Heaven” de The Cure, a esta altura ya parte del setlist tanto eléctrico como acústico. La sensación final no fue vox populi; para muchos probablemente haya sido uno de los shows del año, para los que fueron en plan del Mascis más cálido e íntimo, no.
Lo cierto es que pocos artistas pueden llevar adelante un show sentados desde una silla. Quizá su amigo y contemporáneo Lee Ranaldo o uno de los cerebros de Radiohead, Jonny Greenwood. La palestra se agota rápido. Con dos guitarras acústicas, tres aguas y un atril, a él le resultó fácil.
Mascis no vino solo a presentar su cancionero tradicional sino que aprovechó cada trecho para desarticular sus propias composiciones. Su particular estilo, que convive entre el caos y la armonía, resultó mágico. No hubo lapsus en sus solos; éstos se vistieron de vehemencia y estética. Sus formas marcaron un punto de partida para los 90 y cementaron las bases de la década. Y aunque su personalidad holgazana y tímida no lo deje entrever en su totalidad, J es uno de los últimos héroes del rock.
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