RESEÑAS
Fiesta pagana

El conjunto madrileño llegaba a la Argentina por cuarta vez luego de sus exitosos shows de Obras en 2006, 2007 y 2009. En esta ocasión, venían a mostrar las melodías de su décimo disco de estudio “Gaia III – Atlantia”(2010), aunque sabían que sus composiciones más antiguas serían las que provocarían mayor entusiasmo.
Por favor, salgan
Desde que se dio puertas a las 18, el público ingresó pasivamente al reciento de Plaza Italia. Para amenizar la espera, subieron al escenario cuatro bandas locales: Eden de Cristal, Resist, Bayron y Warknight. Si bien ninguna contó con el mejor sonido, todas intentaron dar lo mejor de sí. La buena predisposición del público los ayudó.
La masa presente se comenzaba a impacientar; el calor asfixiante y la excitación por verlos nuevamente generaban esa desesperación. Debieron esperar casi una hora para que se apagaran las luces, y cuando Mago de Oz salió a escena descargaron todas sus emociones.
Tras la intro que abre su último disco, “El latido de Gaia”, le pegaron dos canciones del mismo álbum: “Dies Irae” y “Vodka and roll”. De movida, sus fans le demostraron con sus voces el especial cariño que les tienen, y que renovarían canción tras canción.
Los problemas de sonido por momentos se solucionaban, aunque se mantendrían durante gran parte del show. Entre el audio que saturaba y los micrófonos que se entrecortaban, los Mago de Oz jamás le encontrarían la vuelta a la acústica del lugar.
Por más que se caracterizan por un alegre folk metal, donde el violín y la flauta tienen un gran protagonismo, también poseen la virtud de componer grandes baladas rockeras, como el caso de “Siempre (Adiós Dulcinea – Parte II)”.
Gran selección
Andrëa es un pilar importante, con sus arengas, su energía y su juego con la gente. En todo momento los alentó a cantar, especialmente en el segmento “Hasta que el cuerpo aguante”, “Molinos de viento” y “El que quiera entender que entienda”.
Si bien los músicos trataban de esconder su malestar por el audio, algunos gestos entre ellos lo daban a entender. Donde realmente se veían las caras de fastidio eran en la consola de sonido con varios del staff de la banda.
A pesar que el calor ya superaba los 35º, el público aumentaba aún más su algarabía. Cuando la banda amagó a irse, se quedaron parados en el escenario a oscuras para engancharle inesperadamente “La posada de los muertos” y provocar una nueva erupción.
Durante los seis minutos de espera la gente pedía por “Fiesta pagana”. Sin embargo, previo a su mayor clásico sonó “La costa del silencio”, que generó el clima festivo ideal para lo que vendría.
Ahora sí, el tema más esperado de la noche estaba emocionando a todos los presentes. El estribillo ‘pagano’ se coreó de punta a punta, y provocó el pico de mayor locura. Los músicos sintieron ese cariño y trataron de brindarles la mejor versión posible.
Después de tres shows completos en Obras, sorprendió que el grupo tocara en Groove (la mitad de la capacidad de Obras), cuando la popularidad y el fanatismo hacia ellos aumenta fecha a fecha. Tras el fin de este concierto muchos se enojaron con la organización por no ofrecerle a Mago de Oz un lugar con la acústica y las dimensiones que merece su constante crecimiento en el país.
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