RESEÑAS
El héroe del whisky

Hay personas que son decididamente anti estrellas. Mientras el mundo de la música en tiempos de crisis se vuelve más comercial que nunca, todavía hay artistas que que lo hacen porque es eso o la muerte. Mark Lanegan estuvo antes que todos. Gracias a tipos como él muchos hoy tiene sus mansiones. Pero él sigue tocando en algún rincón en el mundo para los mismos 300 borrachos de siempre. No importa si es en Argentina o en Finlandia.
Mark Lanegan es un tipo muy prolífico. ¿Hay que hacer gala de sus credenciales? Screamig Trees, Queen of the stone Age, The Gutter Twins, Soulsavers, su proyecto con Isobell Campbell y un largo etc. Mark es el prototipo de antiestrella. Cuando los Screaming Trees estaban por dispararse y conseguir un poco de fama después de 15 años de lucha, decide separarlos. Cuando Queens of the stone age se convirtió en una de las bandas de rock más importantes del mundo, decidió dar un paso al costado. ¿Y qué hizo? Se dedicó a su música nocturna, llena de whisky, bares y cigarrillos, junto con amigos que más o menos tomaron las mismas decisiones, como Greg Dulli (The Afghan Whigs, Twilight Singers) e Isobel Campbell (Belle & Sebastian).
El show da inicio con “When your number isnt up” y lo que se sucede desde ahí es una especie de punk blusero: canciones de dos minutos y medio, parando solo para decir “Thank you” y no mucho más. Veintitantas canciones en una hora diez. Una lista con lo más destacado de su repertorio solista: “The river rise”, “One hundred days”, “Resurrection Song”, etc. Es imposible no comparar sus canciones con el whisky; no es fácil entrarle, pero los que pueden conocen el néctar de la felicidad. Lanegan se consume puro, a la noche y en la oscuridad.
Si bien el tipo no es para nada demagógico y no es muy afecto de tocar “hits” radiales (si es que tiene algunos), no se priva de repasar toda su carrera. Hay temas de los Screaming Trees (“Traveler”, “Where the twain shall meet”), de Soulsavers (“Can`t Catch de train”), covers de Pink Floyd (“Julia’s dream”) y Queens of the stone age (“Hangin’ tree”, con el que cierra el show).
Si bien su primera visita se demoró, la segunda vino rápido. Ojalá sea una costumbre de todos los años. Por lo menos para un par de almas nocturnas y torturadas.
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