RESEÑAS
Prueba superada

La previa
Apenas un año atrás, Rata Blanca estaba mostrando en sociedad su disco “El reino olvidado” en el Luna Park con un show que contó con una parafernalia mayor a la habitual debido a la grabación de un DVD, que por ahora es una incógnita.
Cinco meses después, la banda liderada por Walter Giardino (guitarrista líder y compositor) lanzó al mercado dicho disco, pero en su formato en inglés. Para “The forgotten kingdom” decidieron contratar a un prestigioso vocalista como Doggie White (cantó con Ritchie Blackmore’s Rainbow, Yngwie Malmsteen, entre demás grupos) debido a la negativa de Adrián Barilari para grabar en este idioma.
Una vez lanzado al mercado, el álbum fue mirado con indiferencia y con cierto malestar tanto por sus fans como por la crítica, sobre todo porque la grabación y las traducciones de las canciones no han sido las mejores. En el local de San Telmo tenían la oportunidad de revertir la historia con este formato.
Notable
Cuando se apagaron las luces del local comenzó a sonar la introducción “The voices of the sea”, que intentaría crear la expectativa ideal. Sin embargo, la reacción del público con los acordes iniciales de “The forgotten kingdom” no fue la deseada. La presencia de Doggie White estaba siendo estudiada, por eso la recepción fue algo tibia.
Ya para la siguientes “Diary of a shadow” y “Ring of fire”, la situación iría cambiando de a poco. La formidable performance del grupo ayudaba a que los fans acepten casi de inmediato al escocés. Él, con su potente caudal de voz y su buen manejo de la masa, iba obteniendo su propio reconocimiento.
Al histórico Guillermo Sánchez (bajo) y a Fernando Scarcella (batería), se ha sumado hace dos meses un nuevo integrante: Danilo Monschen (estuvo en Beto Vázquez Infinity) en reemplazo de Hugo Bistolfi, quién se alejó de la formación por cuestiones personales. Además, para estos shows se unió el formidable vocalista Diego Valdez para apoyar en coros.
Si bien White sentía esa presión, para poder sustituir a un cantante histórico de una banda popular por sólo cinco shows, tiene que contar con una personalidad, una seguridad en sí mismo y un talento notables.
Entonces estuvo a prueba hasta que en el sexto tema sacó a relucir todas sus cualidades en la primera versión de Rainbow, “Man on the Silver Mountain”, donde el público notó su enorme carisma y profesionalismo. La aclamación unánime llegó con “Ariel”, de la banda británica, un medio tiempo que hizo iluminar aDoggie. Por supuesto, el homenaje al recientemente fallecido Dio estuvo presente.
“Qué bueno que sepan entender esta historia”, le agradeció Giardino al público. Además agregó que era extraño no tener a Barilari a su lado, aunque aclaró que ese sigue siendo su lugar (para que no hayan malos entendidos).
Sensacional
Si el martes, las mesas y sillas le quitaron un poco de esencia rockera, durante el miércoles y viernes los shows tuvieron los condimentos necesarios. El martes, Doggie estuvo en la mira; en los días siguientes las ovaciones se escucharon desde el vamos.
Temple, la banda que formó Giardino en 1998, tuvo un lugar muy importante dentro del set como nunca antes en un concierto de Rata Banca. “Over the line” (“Sobre la raya”) y “Black and Blue” (“Azul y negro”) tuvieron su espacio. El miércoles agregaron a la cuestión “Corte porteño”.
Para los cuatro bises regalaron otro de Rainbow, “Kill the King”, además de las del disco, “Talisman”, “It’s so easy” y “Endorphins”. El cariño entre el público y el cantante escocés ya era mutuo. En definitiva, en sólo dos horas conquistó a todos con una performance impecable, que logró emocionar a más de uno.
Rata Blanca había decidido realizar una nueva experiencia sin fijarse en los contratiempos que les podía generar. En un primer momento, con el disco en la calle, el panorama no había sido demasiado alentador, pero la banda tenía la esperanza de remontar la situación con shows en directo.
Una vez concretado estos conciertos, jamás hubieran imaginado que el resultado hubiera sido tal: la química entre Doggie y el resto (músicos y público) fue superior a la soñada. Igualmente todos saben que ésta fue apenas una experiencia transitoria. Ojalá se repita.
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