RESEÑAS

Sofocación y muerte

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Los amantes del metal más podrido, de parabienes. Con dos exponentes como los que nos visitaron en una misma fecha, el Teatro Flores fue testigo de esta gran fecha. Según comentaban las malas lenguas, no había mucha onda entre las dos bandas. Entonces, ¿qué pasó? Las dos salieron a matar o morir a modo de “mirá, la gente agita más conmigo”, Así, tuvimos la oportunidad de vivir dos excitantes shows en una misma noche. 

En un principio el  cartel de la fecha fue el que terminó siendo, pero unas semanas antes la visita de Suffocationse había cancelado e iba a ser reemplazada por Brujería, pero un par de días después todo volvió a ser como antes. 

El calentamiento previo estuvo a cargo de los locales Inhumation, Warriors, Inferiy Exterminio, quienes variando sus propuestas entre el death metal, el black y el grindcore, se encargaron de abrir de una manera muy copada la velada. 

Pasadas las ocho de la noche, Suffocation pisó el escenario. Comandados por Frank Mullen en voces, Mike Smith en batería, Terrace Hobbs y Guy Marchais en guitarras, junto a Derek Boyer en bajo, los neoyorkinos hicieron su debut en nuestro país y tocaron por espacio de una hora. 

Mullen es“José agite”. Sacudiendo la mano izquierda todo el tiempo y sin dejar de pegar alaridos, se encargó de ganarse a la gente desde el primer momento, y secundado por los animalitos que componen su base rítmica, supieron hacer las delicias de los presentes. Paseándose por canciones como Thrones Of Blood”, “Cataclysmic Purification”, Liege of Inveracity”, “Entrails of You”, “Breeding the Spawn”, “Blood Oath”, “Infecting the Crypts”, dieron una presentación impecable. 

Este debut fue realmente esperado por años. Dejando a la gente hirviendo, el quinteto saldó su deuda con todos los presentes. Esperemos que quede la puerta abierta para futuras visitas. 

Para coronar la noche, por fin llegó el turno de Napalm Death. Conocidos por ser los padres del grindcore, y con casi treinta años llevando ese título, los ingleses se presentaron por tercera vez en Buenos Aires. A juzgar por las apariencias, Barney Greenway es un tipo de aspecto común y corriente, que perfectamente podría dar clases de matemática, o trabajar en una ferretería, Pero le tocó ser el cantante de un grupo comprometido y sabe llevar muy bien su labor. A los alaridos y en un forzado pero entendible español, entre tema y tema se encargó de dejar en claro mensajes al público, hablando en contra de las religiones, de las torturas y a favor de la paz. Paz que se acababa con el comienzo del nuevo tema, que hacía que los presentes se muelan a golpes. 

Secundado por Shane Embury en bajo, Mitch Harris en guitarra y los coros más agudos que uno se pueda imaginar, junto a Danny Herrera aporreando la batería, Napalm Death sigue llevando su mensaje por el mundo. 

La gente estaba como loca y no paró de moshear y sacudirse a golpes durante la presentación. Pasando por los clásicos de siempre, tales los casos de “Suffer the children”, “Scum”, “Life?”, “From Enslavement to Obliteration “, “The Kill”, “You suffer” (la canción que les dio un lugar en el libro Guiness por tratarse de la más corta grabada, con una duración de 1.36 segundos), junto a temas más nuevos como “Silence is disfearing”, el cover de Dead Kennedys, “Nazis punks fuck off”, para coronar la noche con el acostumbrado cierre a cargo de “Siege of power”, Napalm Death arrasó con todo. 

Más allá del cansancio (hay que aguantarse dos shows así al hilo), el público estaba on fire, y si hubiese sido por ellos se quedaban ahí dentro hasta el domingo. De esta manera, se logró una nueva batalla ganada por el metal más extremo. Al parecer esta modalidad de traer de a dos grupos está dando sus frutos. Esperemos que las productoras tomen en cuenta esto, así la gente puede disfrutar doblemente de los shows.

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