RESEÑAS
La historia de muchas vidas

Lo que parecía un sueño imposible, por fin se hizo realidad. Luego de varias negociaciones, idas y vueltas, Social Distortion, comandados por el gentleman Mike Ness, durante tres noches seguidas hicieron las delicias de todos los amantes de la vieja escuela del punk rock californiano.
Con tres noches colmadas (viernes, sábado y domingo) y un show radial durante la mañana del jueves, definitivamente este fue un fin de semana que afectó cardíacamente a más de uno. Todo aquel que pasó los treinta años y sigue sumergido en el punk rock, todavía no cayó de lo que vivió durante esos días.
Mientras una voz en off advertía que si alguno escupía o arrojaba algo al escenario, se suspendía todo, el ferviente público estallaba en gritos esperando por la salida de la banda. Y si bien se vio alguna escupida bastante desubicada, por suerte nada impidió que el show se realice con total normalidad.
La lista fue variada durante las tres funciones, aunque las últimas dos noches, la misma fue bastante similar. Mike prendió la mecha de una bomba punk rocker dando comienzo al show con “Under my Thumb”, de The Rolling Stones.
El sonido fue perfecto -realmente parecía un disco-, y a un promedio de setenta minutos por noche, Social D. brindó una emotiva lista de temas, colmada de clásicos, como el caso de “Don´t drag me down”, “Bad Luck”, “Mommy Little monster”, “Another state of mind”, “Nickels and dimes”, “Highway 101”, “Sick boy”, “Cold Feelings” y “Story of my life”, entre otros tantos, sumando la canción “Ring of fire”, cover de Jhonny Cash.
La banda estaba bastante sorprendida por la reacción del público. Conocidos por no salir demasiado de gira –solamente por Estados Unidos y alguna vez Europa-, en esta primer visita por Sudamérica (la cual incluye también a Brasil), los californianos se llevaron una buena impresión del agite local. Esperemos que esto sirva de referencia para sus próximas visitas.
El show no bajó en ningún momento. Y si bien la duración no fue extensa y alguno que otro se quedó con ganas de alguna canción, las tres presentaciones fueron realmente inolvidables.
Acompañado por Johny Wickersham en guitarra, Brent Harding en bajo, y Scout Reeder (recientemente llegado de Fuman Chu) en la batería, junto al agregado de teclados, el quinteto completó un excelente debut en nuestro país, que dejó a la gente rogando por una pronta vuelta por estos pagos.
Social Distortion pasó por acá, algo realmente impensado. Esperemos que los promotores de este tipo de shows sigan apostando al punk rock, ya que como quedó demostrado, acá hay gente que aún confía en esas emocionantes tres notas.
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