Surfeando entre los kids

Sorpresa fue la reacción que causó en la mayoría, ya que pocos imaginaban que pudiese actuar en un lugar de casi 8000 personas. En realidad, nadie entendía porqué había tomado semejante decisión, así que los augurios para esta fecha no eran los mejores.

Sin embargo, desde que se comunicó la misma a mediados de agosto, el evento se comenzó a divulgar a través de diversas promociones, entrevistas en medios masivos y demás. Más allá de mantener su filosofía independiente, Boom Boom Kid debía convocar la mayor cantidad de gente posible, es por eso que su nombre circuló como nunca antes.

Paciencia

Desde que se dio puertas a las 19, el público fue ingresando de manera paulatina pero permanente. De a poco, el lugar iba tomando color generando así un ambiente festivo que no muchos esperaban. Lo primero en llamar la atención era la ausencia de stands, publicidades y de lugares de comidas. Solo había dos puestos: uno que vendían CD’S, remeras y fanzines del músico y otro que juntaban firmas para un proyecto.

La espera se hizo larga e interminable, especialmente por la falta de bandas invitadas y de música de fondo. La escenografía intimista que habían armado quedaba demasiado vacía entre tanto espacio. El frisbee iluminado era lo único que se podía observar.

El ostracismo llegó a su fin cuando con un pequeño retraso, Boom Boom Kid salió a escena a las 21.30. La masa se acomodó lo más cerca posible de las tablas para disfrutar junto a él de su concierto más importante. “Frisbee”, “Bienvenido al club” y “El anhelo”, las tres canciones que abren su nuevo disco, dieron por iniciado el concierto.

Durante las primeras diez composiciones, el sonido se fue acomodando de a poco hasta conseguir un audio exacto a partir del siguiente tema. Estos pequeños desperfectos suelen ocurrir por la masiva presencia de público, que forjan una acústica diferente. Igualmente a la salida del show algunos se quejaron porque la voz del ex Fun People estaba demasiado elevada. “Y el hospice burning”, “Por argentinito”, “Pon tu corazón en la música”, otros estrenos que pasaron.

A lo largo de 90 minutos de show, el cantante caminó el escenario ininterrumpidamente de un extremo a otro, con saltos, gritos y una descarga energética inagotable. De esta manera, pareciese que pasan los años para todos menos para él, debido a que se mantiene físicamente como en sus mejores épocas. Clásicos como “Jenny”, “Tomar helado” y “Dirty connections” son ejemplos exactos de su fantástico estado atlético.

Se extraña

Los recordados shows de Fun People se caracterizaban por ver a una marea de gente arriba del escenario. Los años pasan y las cosas cambian. Bueno, esta vez solo un fan pudo superar la barrera de seguridad y abrazar a su ídolo. Esa interacción entre músico-público es de las cosas que traen nostalgia de aquellos ’90.

Entre singles, EP’s, vinilos, compilado de lados B, Boom Boom Kid no editaba un larga duración con temas nuevos desde su segundo disco, “Smiles from Chappanoland”, de 2004. Por lo tanto, para dejar conformes a sus fanáticos se despachó con un disco de 35 canciones en 77 minutos en donde muestra todas sus facetas musicales conocidas. Este fue grabado en San Francisco (EE.UU.), San Pablo (Brasil) y Buenos Aires.

Boom Boom Kid no es el único músico que interpreta las canciones en directo a más velocidad que las originales. Algunas de ellas pierden su dulzura, en cambio otras crecen en valor e intensidad. Parte del público se disgusta por esto y otros lo toman de buena manera. “I do”, “Julio” y “Brick by brick” representan bien este formato.

Después de la festejada “Feliz”, la última canción en sonar fue la repetida “My name is BBK”. Aquí se lo vio entre medio de sus fans, vocalizando las estrofas finales. El público permaneció durante cinco minutos esperando su salida nuevamente y cantando por Fun People, pero las luces encendidas daban por el culminado el concierto.

Para este show Boom Boom Kid apostó por algo que no sabía en qué podía derivar. Animarse a tocar en un estadio de grandes consideraciones era una jugada fuerte. Los fanáticos más añejos se ofuscaron por la masiv