Tocar, divertirse y nada más

Lejos quedaron aquellos recitales de Las Pelotas en los que Alejandro Sokol y Germán Daffunchio invitaban al escenario al hijo del Bocha, un por entonces adolescente flaco y de expresión de asombro, que tocaba la guitarra en “Nunca me des la espalda”, por ejemplo, mientras su papá, con sonrisa no de adolescente sino de niño, lo miraba hacer un solo y hacía muecas de limpiarse la baba.

Hoy, luego de la disolución de El Vuelto, después de la pérdida de su padre, Ismael Sokol se prepara para el debut de La Propina, su nueva banda, que tocará el sábado en Hurlingham, en Los Bolos. Y antes de esta fecha, él, cantante y guitarrista del grupo, conversa con El Acople.

“Tenía algunos temas grabados en el estudio de Las Pelotas en Córdoba y a esos se les sumaron otros que fueron grabados en una compu casera; al disolverse El Vuelto decidí buscar mis propios músicos y armar así La Propina”, cuenta al respecto de la génesis del conjunto.

Esos músicos que buscó y ahora conforman el proyecto son Marcelo Pereira Álves en bajo, Pablo Lasala en teclados, Alejandro Gorosito en batería y Nicolás Angiolini en guitarra. Según comenta Ismael, esta nueva banda tiene un estilo similar a la anterior que integró.

La elección del nombre, como se intuye, también tiene que ver con El Vuelto, tal como lo explica: “Viene de un chiste que hacíamos con mi viejo, cuando no estaban todos los integrantes del primer El Vuelto; cuando por algún motivo en un show faltaba alguno éramos La Propina. Y cuando tocábamos solos con dos guitarras éramos La Limosna o Sokol Sokol”.

En relación al repertorio que el grupo mostrará el sábado, adelanta: “Habrá algunos temas propios, algunos inéditos que ya no son inéditos y que hacíamos con El Vuelto y seguramente algún tema de Las Pelotas”. Y sobre el futuro inmediato, dice: “La idea es salir a tocar, divertirnos y nada más. Ya tenemos algunas fechas en Tandil, Olavarría y probablemente en Mar Del Plata. No tenemos apuro más que en salir a tocar”.

Ganas de salir a tocar, divertirse y nada más, recuerda a Alejandro. Ismael, entre otras cosas, no olvida y destaca de él “su humildad y su facilidad de tocar batería, bajo o guitarra y cantar, y el amor con que lo hacía”.