RESEÑAS
Combo explosivo

Desde mediados de junio, todos los lunes se llevan a cabo las fiestas Nasty Mondays en The Roxy Live Bar. Bandas y DJS en vivo, películas en pantalla grande y demás, son algunas de las actividades que se efectúan bajo un clima distendido. Sin embargo, las reuniones parecen no centrarse solamente en este día. Al menos este domingo el Nasty Mondays Especial era una gran propuesta para una víspera de feriado.
Esto para él, esto para aquel
La primera agrupación en subir a escena fue la gente de Palestina, banda formada este año por dos ex miembros fundacionales de Massacre Palestina, José “Topo” Arnetta (voz) y Francisco “Paco” Ruiz Ferreyra (batería) con la intención de rememorar épocas pasadas.
Durante 45 minutos interpretaron aquellas añejas canciones como “Diferentes maneras”, “Canción de las muñecas” y “Armas”, entre otras, aunque en versiones más poderosas y oscuras a la de los Massacre actuales.
Esta nueva-vieja propuesta también incluye melodías recientes, en donde el estilo es aún más tenebroso, principalmente por la voz grave del Topo. “War’s no over”, una de ellas. Con una postura estática y un sonido contundente, los Palestina brindaron un set que cosechó buenos comentarios post show y que dejó con ganas de más a los presentes. A estar atentos.
Luego, los D-Mente desplegaron todo su poderío melódico al cabo de nueve canciones. Pese a lograr un audio musical tremendo, la voz de Andrés Giménez (tan importante en la estructura sonora del grupo) estuvo distorsionada y poco clara. Solo cuando alcanzaban un sonido minimalista se lo podía escuchar claramente. “Creí sin ver” y “Luz” son dos buenos ejemplos. La gente, cómodamente sentada, disfrutó de igual manera con la actuación.
El guitarrista Lisardo Álvarez es el socio ideal en esta nueva etapa del ex A.N.I.M.A.L., ya que con su virtuosismo y sentimiento le da el lugar exacto a la voz de Andrés. La química entre ambos está cada vez más consolidada, la cual se pudo comprobar en canciones como “Adicto” y “Amaneció”. Esperan plasmarlo en su tercer CD, a editarse antes de fin de año.
Con una merma de asistentes, Mastifal accedió al escenario a la 1:20 para disparar un set demoledor. Éste no dio respiro en ningún momento, provocando por primera vez en la noche que algunos se levantarán de sus meses para agitar sus cabezas al ritmo de la música.
“Puertas y laberintos”, “La red” e “Hijo del crimen”, las tres composiciones que adelantaron de su futuro cuarto álbum, “Intermundia”. Por lo escuchado, continúan con su estilo definido aunque se percibió una búsqueda de sonidos más rockeros.
A su cantante, Miguel Maciel, se lo nota cada vez más seguro en su función de frontman. Ya no sólo se dedica a cantar, sino que también interactúa con su público a través de gestos, comentarios y caras diabólicas.
Después de un parate importante, que se observa en la baja de espectadores, Mastifal intentará retomar su lugar con su nuevo CD. Al menos, los fans quedaron exaltados con grandes versiones de sus ya clásicos, “Más allá de la razón” y “En las entrañas del apocalipsis”.
Siempre es gratificante escuchar grandes bandas en vivo y más cuando éstas tienen poco que ver entre sí. Si a eso le sumamos un lugar confortable, tanto para el grupo como para el público, el resultado no puede ser mejor. Esperemos que este tipo de fechas se repitan con más continuidad.
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