RESEÑAS

Se fue la segunda

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Estos oriundos de Indiana, Estados Unidos habían dejado una deslucida imagen durante su debut, el miércoles 13 de septiembre de 2006 en El Teatro Colegiales. Es por eso que su vuelta estaba plagada de incógnitas.

Córdoba picó en punta

Injection Soul fue una de las dos bandas que contaron con graves problemas de sonido, y los cuales no les permitieron desplegar sus virtudes. Solo en la canción de despedida, “Lo damos todo”, obtuvieron un audio digno. Más allá de esto, el grupo mostró actitud y ganas de progresar. También hay que destacar que tocaron todas canciones propias.

En contraste con la agrupación anterior, los cordobeses de Astenia no solo sonaron de manera brutal sino que demostraron unas cualidades musicales no habituales en el género punk. Sus toques funk, hip-hop y reggae les dan una abundancia que los enriquece y los destaca. Entre otras pasaron “Sr. Arbusto” y “Ser”,  incluidas en su CD “Sean Felices”.

La gente de Cigarro Mojado ofreció un correcto set de punk melódico. Composiciones de su autoría como “Nada importa” y “Sentimiento de lucha”, se fusionaron con su versión acelerada de “La respuesta es fácil”, de Massacre. Por sus ocho años de lucha merecen mejor suerte.

Los inconvenientes técnicos parecían haber quedado atrás pero sorprendentemente Nine Lives volvió a sufrir con ellos. Pese a estos problemas, sus fans mantuvieron la energía intacta, en especial con “Es lo correcto” y “Solo punk rock”. Los músicos, por su lado, pusieron lo mejor de sí, aunque internamente se sentían rabiosos por estas dificultades.

Vinieron por la revancha

Desde el momento en que The Ataris pisó el escenario a las 21:35, la masa entró en un estado de excitación que no decaería a lo largo del set. “So long, astoria” y las 14 canciones restantes estuvieron impregnadas por esta algarabía. La banda, con un sonido formidable y una selección adecuada de temas, cooperó con esta pasión.

De movida, todos pudimos percatar la falta de su guitarrista principal, Chris Swinney (tuvo que regresar a su país por problemas personales), de modo que se lucieron como un trío. Su líder, compositor y único integrante original, Kris Roe, utilizó un pedal que tiraba las pistas de los arreglos de Swinnet. Este efecto quedó evidenciado cuando los músicos en escena se encontraban estáticos.

Si bien esta ausencia molestó a muchos fans, una vez que Roe presentaba canciones como, “Unopened letter to the world” y “Summer wind was always our song”, el enojo quedaba a un lado. Sus compañeros, Bryan Nelsonen bajo y Jake Dwiggins en batería, fueron buenos partenaires de Kris. Le dieron el lugar principal que éste merece, aunque por momentos Nelson mostraba su personalidad e intentaba persuadir a la masa.

Su cantante anunció que a través de su My Space se puede escuchar el adelanto,“All souls day”, que será incluido en su próximo disco. Acá dejan en evidencia su disconformidad con su anterior CD, “Welcome the night” -2006- (por algo no tocaron ningún tema), ya que regresan a su sonido original. Su etapa oscura parece haber quedado a un lado. Los acordes de“1-15-96”, “In this diary” o “The boy of the summer” era lo que la gente quería.

Con la pista de la guitarra en play continúo, la banda se tomó un pequeño descanso para regresar con las canciones finales, aunque Roe fue el único en volver. Con la sentida “The saddest song”, el público tomó un rol central. En el cierre, un himno propio como “San dimas high school football rules” se intercaló con otro del punk como “Last Caress”, de The Misfits.

Si bien no es lo ideal que una banda reemplace a una persona física por un pedal, el grupo solventó esta deserción momentánea con un set list formidable y un sonido impecable. Posiblemente, si

Redacción ElAcople.com

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