RESEÑAS

Jamaica ska

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The Skatalites regresó a Buenos Aires una vez más (ya arañan las diez presentaciones) para presentar su disco doble, “In Orbit Vol 1 & 2”, grabado en el Club Armenia de Palermo, hace ya 4 años. 

La noche fue una celebración de la música ska jamaiquina de la década del 60 y sería injusto no marcar a la banda local Dancing Mood como uno de los principales responsables de la popularidad de dichas canciones entre el joven público porteño que agotó las 1200 entradas.

Y por ese canal estuvo signada la noche del pasado miércoles en Niceto Club, donde los comandados por Hugo Lobo están preparando para fin de año una presentación gratuita y en la calle, para celebrar su show número 100 en dicho recinto.

Difícil es obviar que los clásicos de los Skatalites como “Confucious”, “Eastern Standard Time” o “Latin Goes Ska”, fueron de los más coreados “a la argentina”, estirando las oes sobre los vientos, y que estos son algunos de los temas que tomó Dancing Mood como caballito de batalla y suenan periódicamente en el mismo local.

Pero claro, los jamaiquinos que estaban arriba del escenario tienen más de 40 años tocando -algunos promedian los 70 de vida- y son la pura historia de la música de la isla.

Formados en 1963 e influenciados por el jazz, son el primer huevo del que nacieron el ska y el reggae, y señores como Lester Sterling (saxo alto) y Lloyd Knibb (batería), o la adorable Doren Shaffer con su voz hipnótica (qué gran pieza Sugar, Sugar), son apellidos ilustres de la historia del género.

Desde el comienzo, con la cuenta regresiva del 10 al 1 para llegar al grito de “Freedom” y el tema “Freedom Sounds”, hasta el final sorpresivo y que dejó a un fervoroso público con ganas de más, la historia fue de antología para los amantes de este sonido.

“Es como venir a clase”, le dijo Hugo Lobo a El Acople, luego de ser invitado por la banda a acompañarlos sobre el escenario. Y así lo tomó el público también, muchos que repetían y tantos otros que fueron por primera vez, porque sabían que se encontraban con un pedazo de historia hecha canciones.

Cuando sonó la legendaria Simmer Down resultó imposible no pensar en el genial Bob Marley, y hay que saber que son los propios músicos de Skatalites los que décadas atrás interpretaban esa y otras canciones y lo han acompañado en cientos de grabaciones de su primer época musical, cuando compartía “Wailing Wailers” con Bunny Wailer y Peter Tosh.

Otro de los principales motores de la banda es Cedric Im Brooks, que no es miembro original pero es reconocido como uno de los saxofonistas más innovadores de la música jamaiquina, y llevó adelante el show con una magistral cadencia en las notas, envuelto en un saco que le quedaba gigante y lo convertía en una postal aún más querible.

La base indestructible fue a cargo del mencionado Knibb en la batería y Val Douglas en bajo, con el aporte de Devon James en guitarra y Ken Stewart en teclados; y hubo lugar para abrir hasta una competencia de solos entre un gran trombón de Vin’ Gordon, la trompeta de Kevin Batchelor y los mencionados Brooks y Sterling.

El “olé olé olé Ska-ta-laits” retumbó en Niceto hasta el final. El sonido de los vientos se fue tatuado en el inconciente y la base en el pecho.

El viernes 13 repetían la función. Saben que pueden volver cuando les parezca; en Argentina tienen un público que los admira y muere por las históricas melodías de sus tierras.

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