ENTREVISTAS
Adelante con todo

Dicen que las segundas partes nunca son buenas, pero los organizadores del Festipulenta se encargarán de derribar ese mito cuando el próximo fin de semana pongan en el escenario de El Zaguán (Moreno 2320, Capital Federal) a un buen puñado de lo mejor del indie bonaerense.
El sábado 30, a partir de las 20 horas, se presentarán La Patrulla Espacial, Prietto viaja al Cosmos con Mariano, El Perrodiablo y Los Pacientes. En tanto, el domingo 31, desde las 19, DChampions, Javi Punga, Viva Elástico y Reimon darán por terminado el mes de mayo y la segunda edición de este interesantísimo festival. ¿El valor de las entradas? Diez pesos por cada función.
Al igual que la primera vez, habrán stands para que los asistentes puedan adquirir los discos de las bandas que participan, además de una buena selección de comics y libros independientes.
“El Festipulenta es para nosotros un gusto. Más allá de que nos permite compartir escenario con bandas distintas, conocer alguna gente nueva, ser vistos por públicos diferentes y demás, básicamente se trata de un placer por la buena onda, la idea original del recital, la predisposición y el respeto que siempre hubo para con nosotros desde los organizadores”, comenta Doma, el carismático frontman de El Perrodiablo, una de las más destacadas bandas de la movida platense y que participaron en la primera fecha del anterior Festipulenta.
“En todos los recitales ponemos mucha energía para pasarla bien y sumar nuevos amigos. Está bueno generar redes que permitan el intercambio”, aporta Javi Punga, un artista, también de La Plata, que contó con una importante difusión mediática en el último año y medio gracias al interesante “Manzanas deliciosas”, disco editado en 2008. “Creemos que es una oportunidad para llegar a otros, para que nos escuchen y nos conozcan”.
¿Cómo es participar en este tipo de movidas, que quizás sirvan de vidriera para ustedes, que tienen cierta popularidad en su ciudad, pero todavía no tanto en Capital Federal?
Doma: Lógico que es una experiencia seductora, tiene el atractivo de que te vean ajenos y desconocidos, pero lo de vidriera o no, ya es relativo, en el sentido de que no somos moda, no somos ropa, ni somos la pose de un maniquí: somos tipos tocando lo que sienten. No estamos esperando a ver si nos compran.
Arriba de un escenario, Doma se entrega al máximo. Es un frontman explosivo, hiperquinético, una verdadera caja de sorpresas. A la hora de responder para esta entrevista, su verba es igual de imparable y cuando se intenta descubrir qué es lo que trae entre manos para encantar al público, dice que “no hay una visión estratégica al respecto. De por sí, cada show tiene sus cosas, sus momentos, sus intensidades, sus electricidades en esta banda. Cada uno a su modo es único. No pensamos en cómo sorprender, nosotros no jugamos con una táctica premeditada. La expectativa en cuanto a quién te ve es similar a la habitual en muchas fechas, en cuanto a que hay un público que no te conoce, tal vez. Pero a la vez también está el tipo que ya te vio y vuelve. Entonces en ese punto no hay por qué diseñar un planteo nuevo en cada partido, como precisa Caruso Lombardi en Racing”.
“Nosotros sabemos que El Perrodiablo sale a la cancha sabiendo que cada partido puede ser el último”, cierra su idea, por si quedaba alguna duda.
De todos los festivales a los que asistieron como público, ¿cuál fue el mejor y por qué?
Javi Punga: Como público no fui a muchos, pero trabajé en el Pepsi como asistente. Estuvo bueno fumar uno con los Victoria Mil, porque luego me re llegaron sus letras, re flasheé…
Doma: Los festivales siempre dejan alguna cosa porque, al ser muchas bandas, es como encerrar veinte monos en un ómnibus escolar; cada uno va a hacer algo distinto en medio de un marco de excitación, porque al fin y al cabo, es un festi de rock. No sé cuál será el mejor, pero en cuanto a lo pintoresco me acuerdo de uno en Parque Sarmiento que tocaban Fun People, BOD, Catupecu Machu, Turf, El Otro Yo, Uaita, Cienfuegos, Tintoreros y mil bandas más. Se atrasó bastante, había impaciencia de la gente y cuando empezó a la tarde, al comienzo, tocó una banda: creo que se llamaban Hiram Walker -eran onda ska, hardcore- y capitalizaron la ansiedad que había en ese momento porque todo empezara de una puta vez. Había llovido y los locos salieron hiper excitados al escenario. La gente sacudía barro y ellos felices gritaban: Sí, loco, tiren de todo que es una fiesta, hasta que en determinado momento alguien preparó un proyectil demasiado pesado de barro que se incrustó en el ojo de uno de ellos y dijeron: Se fueron al carajo, se re zarparon y se bajaron del escenario. Los festivales son así, ciclotímicos.
¿Están preparando algún disco nuevo para este año?
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