PELÍCULAS

Resucitar mientras mirás

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Treinta y un documentales rockeros en tres días, repartidos en tres salas de cine (los complejos Atlas: Santa Fe 1 y 2 y Recoleta). De eso se trató el In-Edit Cinzano: una maratón cinéfila con una impactante oferta de artistas, de distintos estilos y épocas. A continuación, una pequeña reseña de las nueve que más nos gustaron.

“Intentaron matar a John, pero no pudieron” 

Dirigida por los norteamericanos David Leaf y John Scheinfeld, The U.S. vs. John Lennon es una de las joyitas de este festival. Con una interesantísima cantidad de imágenes y testimonios exclusivos, relata la batalla entre el gobierno bélico del presidente Richard Nixon y un John Lennon que, ya separado de los Beatles y casado con Yoko Ono, se volvía a cada minuto más pacifista, revolucionario, activista político; por lo tanto, una amenaza que debía ser investigada y perseguida por el FBI. De yapa, el film regala un hermoso recorrido por las grandes obras de uno de los músicos más importantes de todos los tiempos.

Queremos ruido

The Clash: Westway to the Worldhace un recorrido por la no muy extensa aunque poderosa vida de esta banda británica que supo, como nadie, mezclarle al punk un poco de reggae, ska, rockabilly, y así instalarse en la historia del rock hasta estos días. Con imágenes de shows en vivo y el relato de sus cuatro integrantes, es un excelente greatest hits audiovisual.  

Hey, Ho!

Del otro lado del charco, estaban los Ramones. Y en End of the Century: The Story of the Ramones no se deja afuera ningún detalle de su historia: desde los más conocidos hasta las anécdotas menos escuchadas; desde la influencia en todo el rock estadounidense posterior y la absoluta devoción sudamericana hasta el trastorno obsesivo compulsivo de Joey, sus peleas irreconciliables con Jhonny, la adicción mortal de Dee Dee y los constantes cambios de baterista. Con relatos escalofriantes de sus integrantes y la emoción suscitada por el recorrido discográfico y visual (hasta se puede ver a los Ramones con el Obelisco de fondo) que se lleva a cabo, este documental termina resultando atrapante, interesante y revelador.

El hijo pródigo

Kurt Cobain: About a son es la historia del líder de Nirvana, contada por él mismo. Hacia 1991, el periodista Micheal Azerrad comenzó a escribir Come as you are: The story of Nirvana, biografía del grupo que en aquel momento estaba en la cresta de la ola. El libro se editó dos años más tarde y contó con la participación activa de los miembros del trío. Entre 1992 y 1993, Azerrad entrevistó a Cobain y esas cintas son el alma de esta película, que no cuenta ni con imágenes del grupo ni con sus canciones. En cambio, tiene como background un excelente tratamiento de fotografía y planos, además de una interesante banda sonora, conformada por los grupos que influyeron al malogrado guitarrista zurdo. Los minutos finales son escalofriantes.

Seguime, Chango

La idea es innovadora y un tanto disparatada: repartir cuarenta cámaras de video a tus asistentes para que filmen lo que quieran mientras vos te mandas un tremendo show en el Madison Square Garden, una gigantesca cancha neoyorkina con capacidad para 20.000 espectadores. Y si a esta locura le agregas una buena cantidad de horas de edición, tendrás como resultado este film, Beastie Boys: Awesome, I Fucking Shot That (Beastie Boys: Increíble, yo filmé eso), que se rodó durante un magistral concierto de este trío (más un DJ descomunal) de rap estadounidense. Si no salís del cine con ganas de ver a esta banda en vivo, probablemente viste otra película.

Sin felicidad

La grisácea Manchester de mediados de los 70 fue el embrión de una de las bandas más influyentes de la historia. A la altura está el documental Joy Division (ver foto), que cuenta la vida y obra de los liderados por Ian Curtis, un proto-emo (aunque hiperkinético sobre el escenario) que se cansó de su matrimonio, su amante, las drogas y el éxito de su banda. Las intervenciones de Stephen Morris y Peter Hook, entre otros, alivianan el dramatismo y redondean una buena biografía contada en primera persona.

Super 8

Con el primer dinero que obtuvo con la banda, el baterista de The Police, Steward Copeland, se compró una pequeña filmadora. Y entonces filmó, filmó y filmó. Ensayos, grabaciones, conciertos, camarines, giras, fans, conferencias de prensa, reuniones con discográficas. Y en 2006 creó este documento único

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