
SHOWS
FestiPez: nuestras festividades
Pez comandó una edición más de su ya clásico festival, esta vez con altas dosis de rock de la mano de las actuaciones de Las Diferencias, Los Antiguos, Sur Oculto, Satan Dealers y Valle de muñecas, en la lluviosa tarde/noche del sábado, en el Konex.
El FestiPez nace como una venganza. Cansados de no querer participar/no ser invitados por la mayoría de los festivales multitudinarios, Pez decidió crear su propio festival que ya lleva 10 ediciones, cada vez con más éxito, cada vez con más bandas, cada vez con más público.
El Konex es nuevamente elegido como escenario para el evento, la lluvia amenaza con estallar en cualquier momento, pero la gente es fiel y desde primera hora se acerca al recinto para ver a Las Diferencia, un trío de muchachos muy jóvenes que dan que hablar y a los que no les interesan las luces, el glamour ni cantarle a las chicas de Palermo. Por eso el público de Pez los quiere: son gente joven con el alma antigua. Y si de antiguos hablamos, nada mejor que la próxima banda en pisar las tablas. Esta vez en el escenario de afuera, Los Antiguos es la nueva revelación y promesa del rock duro. Liderados por Pato Larralde el combo es un supergrupo del under metálico, con miembros de Anomalía, Cruzdiablo, Saurón y más. Sin dudas este Festipez está bien orientado al rock, y Los Antiguos es rock vieja escuela directo en tu cara. Con sus seguidores brindándoles apoyo, aunque extraños para la mayoría de los presentes, se ganaron el reconocimiento a fuerza de temas como «Hecho a mi medida» y «El Sureño«, coronando, para este cronista, el mejor show de la fecha.
Ya con una poderosa lluvia cayendo, la gente se reunió bajo techo (a partir de ese momento todos los shows pasarían a ser en el escenario indoor) para ver la actuación de Valle de Muñecas, amigos de la casa. Lamentablemente el sonido no acompañó a los liderados por Manza, además de ser la banda vez más diferente de la jornada, eligiendo melodía por sobre poder. De todas maneras a ellos también les gusta la distorsión y se ganan a los curiosos con temas como «Trampas» o «Dejadez», mientras sus fans ya piden nuevas canciones.
Sur Oculto ya son más que amigos de la casa; junto a los ausentes Fútbol, los cordobeses tal vez sean de los más mimados por la banda organizadora. Y por su público también, que celebra su mezcla de jazz, rock progresivo y metal como si fueran los Decadentes en algún festival tocando todos sus hits. Lo suyo, definitivamente, es cosa seria. Igual que Satan Dealers, que han resurgido un poco después del lanzamiento de «Canciones para desertar», tocando en cada oportunidad posible, mostrándose más expuestos. Lamentablemente mucha gente se llevó una panzada con Sur Oculto y el garage rock de los liderados por Outeda era demasiado para ese momento, por lo que varios aprovecharon para comer o fumar algo. Poco le importa a la banda, que con una actitud totalmente «killer», se despacha con algunos de los temas más gancheros de su repertorio como «Detrás del sol» o «Nada tiene porqué«, y culmina su actuación con Adrián cantando entre la gente.
Si bien a la hora en que Pez subió al escenario ya no llovía, por cuestiones de seguridad se decidió hacer el show en la parte de adentro. Quienes hayan ido al Konex, sabrán que ese espacio, si bien es grande, es un tanto incómodo para conciertos; una decena de pilares dificultan la visibilidad y los que no se acercan temprano, deben resignarse a no ver a, por lo menos, un miembro de la banda.
Si bien tocaron hace poco más de un mes en el mismo lugar, la gente respondió en convocatoria y la banda fue lo suficientemente inteligente para ofrecer otra cosa y casi no repetir ninguna canción de la anterior velada. El repertorio puso énfasis en el último disco («Bandera Negra», «Os garcas») temas poderosos de los últimos años («Soñar, soñar», «Vamos») y hasta estrenos («La joya»). Y si bien se disfruta del power trío, en los momentos melódicos se iluminan; «Desde el viento en la montaña», «Para las almas sensibles» y «Despierto a un tiempo de luz» así lo demuestran.
Hubo varios invitados, entre ellos Adrián Outeda para «Tan marcado ya» y Pablo Puntoriero en saxo y flauta traversa para «Vientodestino en Vidamar» y «El Cantor», que se transformó en «Haciendo real el sueño imposible». Hasta ahí, show efectivo de Pez como siempre. Lo que sigue divide las aguas: deciden hacer el último tema y todo se transforma en una extraña zapada de media hora con un final abrupto y desprolijo y con Minimal colgándose la mochila y yéndose sin que muchos se percaten. En las épocas de quinteto, las zapadas abundaban en los shows del grupo, pero el público cambió y ahora son jóvenes en busca de rock directo y mosh que parecen sentirse descolocados frente a esto.
Esta vez, tal vez por las condiciones climáticas que alteraron los planes originales, la banda principal dio un buen show pero no brilló y los invitados fueron las estrellas de la noche. A veces te toca perder de local, aunque esta vez ganamos todos.
*Fotos por Fernando Fernández
[slideshow id=284]
[sam id=»2″ codes=»true»]
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión