RESEÑAS

La cultura del riddim

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Ituzaingó, Mar del Plata, varias fechas en Capital, Gualeguaychú y Rosario, eran algunas de las paradas de este pequeña gira, y el pasado domingo llegaban al Teatro de Flores, donde más de mil personas esperaban una dosis de reggae en la voz de Kenyatta Hill, hijo de Joseph Hill, líder histórico de Culture, que falleció en 2006.

Quizás eran pocos los que conocían la obra de los jamaiquinos, y hasta hubo más público a la hora del show de Nonpalidece que para ver a uno de los clásicos del género a nivel mundial.

La banda encabezada por Néstor Ramljak ya había mostrado su empatía por Culture en la reedición de “Dread al Control”, su primer disco, que incluyó una versión del tema “Behold”, clásico de los jamaiquinos, y fue el mismo líder el que presentó a la banda con la frase “atorníllense la tapa de los sesos porque lo que viene ahora les va a volar la peluca”.

Antes de este piropo, la banda de zona Norte había tocado más de una hora de su reggae, mechando varios de sus hits  (“Revolución”, “La Flor”, “Tu Presencia”) con dos temas nuevos, y con la particularidad de cortar varias canciones a la mitad al grito de “rewind” del cantante. 

La clave fue enganchar la mayor cantidad de canciones posibles en un show más corto que de costumbre y, en esos quiebres, armar pequeños caos rítmicos, que volvían a la precisión habitual con los primeros acordes de una nueva composición.

Reggae es cultura

Pasadas largas las 10 de la noche, Hill en voz, Ras Mel Glover (The Wailers) en guitarra, Leslie Blackseed James en batería, Steve Big Yard Samuels en bajo, Desi Hyson y Chris Peanut Whitley en teclados, sumado a un coro unisex (en el que una señorita portentosa fue la que más aplausos metió en la valija) comenzaron su concierto.

La banda ya no mantiene integrantes de aquellos primeros tres vocalistas que la fundaron -el mencionado Joseph Hill, Albert Walter y Kenneth Dayes-; sin embargo, la actuación del pasado domingo fue sobresaliente y dejó marcado a fuego el beat en cada uno de los presentes.

El arranque fue muy original, variando más de cuatro veces el ritmo del tema, llevándolo a lo que parecía la música típica de presentación de un noticiero, hasta caer de manera explosiva en la base acompasada de “The Message”, como verdadera primera pieza reggae de la velada, y con ello desatar una fiesta generalizada, con la masa moviéndose al ritmo del clic.

Fue más de una hora de show, donde repasaron canciones de “Pass the Torch”, disco editado bajo el nombre de Kenyatta Culture Hill, en el que se dividen las composiciones entre las nunca editadas por el padre, y las nuevas hechas por el hijo.

Las canciones remiten a la historia de Jamaica, a la relación del padre con el hijo, y una gran cantidad a la marihuana, presentadas entre riddims de pesadas líneas de bajo que contagiaban, y la sólida participación de los dos teclados, más la presencia del joven cantante, que supo llevar la noche adelante con muy buena voz, presencia y sonrisa reluciente.

Para el final, subirían varios de los músicos de Nonpalidecey Dread Mar I (que había abierto la velada) para compartir el escenario, en lo que Kenyatta denominó “argentanjammerer”, una zapada donde se evidenció la alegría de los protagonistas en participar del momento.

Resultado óptimo para otra banda histórica que, más allá de las ausencias, pasa por Argentina y muestra lo mejor de las raíces del género que tanto creció en la última época, con grandes músicos que dieron claras muestras de cómo debe encararse la música reggae sobre un escenario.

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