RESEÑAS

Salud metálica

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Metal del país

A plena luz del día, CARAJO abrió la jornada con tres de los temas que integran su última producción: ”Histeria, Tv, canción de moda”, “Chico Granada y “Joder”.

Se despacharon con un set cortito de 8 canciones hardcore/punk/metal que finalizó con el emblemático “Sacate la mierda”.

Luego de la banda de CORVATA, ZAKK WYLDE pisó por primera vez un escenario argentino con su banda BLACK LABEL SOCIETY, y provocó un desparramo de puro metal, parejito y del bueno. Otro show cortito y efectivo.

RATA BLANCA tomó la posta con la declinación de la tarde y le dio riendo suelta a su hard rock de corte clásico.
Hicieron un repaso por lo mejor de todas sus placas, desde “Solo para amarte” hasta “Amo del camino”, concluyendo su show con “Chico callejero”, “Guerrero del arco iris” -altamente coreado por la audiencia- y “El último ataque”, una larga pieza con extensos pasajes instrumentales.

Are you ready!?

El primero en aparecer es FIELDY, que recorre la pasarela central y hace tronar su bajo para el delirio de los pibes. Enseguida se le suma el violero MUNKY, y apenitas JONATHAN DAVIS, de pollera militar y musculosa, pisa las tablas, comienza a sonar una poderosísima “Right now”, que te vuela el peluquin desde el primer acorde.

La banda contagia al público con sacudidas desenfrenadas al compás del ritmo que ellos mismos crean. Y entonces uno se da cuenta que al final todo lo que se decía pareciera ser cierto: los KORN suenan de puta madre. Tienen muchísimo poder y visualmente son muy atrayentes.

Observo de reojo que varios metaleros vieja escuela sacuden la cabeza disimuladamente. Y el tal DAVIS tiene carisma che, y una voz muy versátil que nunca lo deja a gamba.

Suena “A.D.I.D.A.S”, aquel primer corte del disco “Life is peachy”, y luego un gran momento del show: “Falling away from me”. En tanto, “Coming Undone”, temazo de “See you on the other side”, se fusiona con una versión power del clásico de QUEEN, “We will rock you”.

No hay silencios ni tiempos muertos. Entre tema y tema, el teclado dispara secuencias, ruidos, y músicas oscuras que contribuyen a que no se pierda jamás el clima. “Somebody someone”, una oscurísima letra que se mueve entre la dulce melodía y el grito desgarrador, es otro pico alto del show.

La lista de 14 canciones recorre toda la discografía y concluye con dos disparos letales: Got the life y “Blind”, que desata un impresionante pogo. Creo que es lo más parecido a lo que podría ser un show de RAGE AGAINST THE MACHINE.

Gran final para un excelente show. Al frontman se lo nota feliz. Recorre una vez más la pasarela y regala gestos de agradecimiento, sonrisas y besos. Se viene OZZY.

Go fuckin’ crazy!

Siendo las 22:30 las luces se apagan y la pantalla comienza a mostrar a un cincuentón pelilargo con cara de ido, entrometiéndose en la vida de famosos personajes de series norteamericanas.

Concluida la parodia, el gran MIKE BORDIN cuenta cuatro tras los parches y la banda arranca con “I Don’t Want To Stop”. Otra vez ZAKK WYLDE sobre el escenario, pura actitud rocker, revoleando su rubia cabellera y reventando los parlantes con furiosos riffs.

No hay que esperar a los bises para escuchar clásicos de clásicos: “Bark at the moon”, “Suicide solution” y “Mr. Crowley”. Tres al hilo; palo y a la bolsa.

Y llega BLACK SABBATH entonces, y resulta que los temas suenan tan novedosos y actuales como los de KORN, reciencito. Escuchen, sino, “War Pigs” o “Iron Man”, por ejemplo. Que lo parió, es música sin fecha de vencimiento.

OZZY salta, aplaude, pide que nos volvamos locos, tira baldazos de agua, y canta, con esa voz tan tan particular que conserva casi intacta. Tira unos lentitos de su último disco que no pinchan ni cortan, y luego regresa al hard rock que todos queremos, con “I don‘t know” y “I don’t want to change the world”.

El adiós definitivo es, nuevamente, de la mano de SABBATH, con “Paranoid”. “Son los número uno”, grita OZZY entre risas alocadas, y se retira nuevamente rumbo a las tinieblas, con su caminar de vampiro empastillado, dejando a toda la audiencia más que satisfecha y con zumbido en los oídos.

Y así concluye la primera velada del festival. Una noche fresca recibe a las huestes del metal, que comienza a ganar las calles comentando sensaciones. Hubo rock del bueno, en castellano y en inglés, de lo nuevo y de lo clásico. Y todos contentos.

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