RESEÑAS

Al maestro, con cariño

Por  | 

Tengo muchas ganas de escribir sobre este show pero ¿cómo hacer una nota sobre DYLAN y decir cosas que no se han dicho antes? ¿Cómo hablo de alguien que no solo es importante para la historia dela música, si no para la historia del siglo XX? Esa persona que todavía mantiene su humildad, que cuando no está de gira está en casa de sus amigos, que entra a la sala de su concierto caminando entre el público, que si nadie lo va a recibir al aeropuerto se toma un taxi y con vino tinto en mano se dirige al hotel. Y es que DYLAN es alguien único y al mismo tiempo alguien más.

Vélez para BOB parecía mucho. Y es verdad. Nunca fuimos fans de él, del rock americano, de BRUCE SPRINGSTEEN , de NEIL YOUNG, de TOM PETTY. Siempre nos inclinamos para el otro lado del océano. Sin embargo la leyenda gana terreno y hace que alrededor de 25.000 personas se acerquen al estadio.

El entremés es con LEÓN GIECO. Quién mejor que él para dar comienzo a la velada. Con un show atípico, con ACA SECA como banda de apoyo, LEÓN se despacha con un repertorio de autores latinoamericanos como VICTOR JARA; VIOLETA PARRA; JORGE CAFRUNE y ALFREDO ZITARROSA, entre otros. Luego algunos de su autoría como “La memoria” y “Cinco siglos igual”, coreadas por todos. Y sí, puede no gustarte LEÓN y todo lo que él representa pero yo me emociono con esas canciones y está bueno que alguien cante sobre estas cosas. Luego el final con dos invitados de lujos, que uno ya podía intuir: GUSTAVO SANTOALALLA y CHARLY GARCIA para hacer “Pensar en Nada” y “El Fantasma de Canterville”.

Adiós al niño Folk

Se sabe que DYLAN no es muy afecto a complacer a su público con sus composiciones más clásicas, y cuando lo hace nunca respeta la composición original. Se sabía de hecho que la mayoría de las canciones del repertorio eran de sus últimos trabajos. Aún así abrió el show con dos temas de antaño, “Rainy Day Woman” y “Lay Lady Lay”. Y no es por reivindicarme pero voy a decir lo que no leí en otro medio: El comienzo fue horrible. Canciones preciosas destrozadas completamente, por versiones que no le hacían honor y por una garganta hecha trizas. Como si TOM WAITS hasta el día de hoy siguiera tomando tres botellas de whisky acompañadas de varios habanos.

Pero después mejoró. Y mucho. Alcanzando la excelencia (en términos “dylanescos”, claro). Y entendí la importancia del repertorio actual. Una banda de Rithm & Blues perfecta y BOB que toca el piano durante todo el show. Y que nunca dice una palabra. Ni “Hola” ni “Gracias”. Nosotros estamos acá para tocar y es lo que vamos a hacer. Esa es la actitud de la banda. Que bárbaro, 65 años y el tipo todavía provoca.

¿Y de la lista qué decir? Me parecieron magistrales las versiones de “Spirit on the water” y “Working man blues”. Y que superaron claramente a las versiones de clásicos como “Just like a woman”. Pero hay gente a la que no le gusta eso. Bastante paradójico. Una banda vuelve y tocan todo sus clásicos y les decimos ladrones. Un artista viene a presentar material nuevo (y del bueno) sin ninguna actitud de demagogia y nos quejamos. La gata flora.

Para el final sí dejamos clásicos en serio. Una eléctrica versión de “Highway 61”, una “Like a rolling stone” coreada hasta por los pancheros, una “Stuck inside…” pasada desapercibida y una impactante. La banda se para enfrente. Inmutables ellos. Ni una sonrisa ni un comentario. Pero algo del público debe haberle gustado a BOB porque volvieron para hacer un tercer bis (cosa que no había hecho en toda la gira), que fue “Blowin in the wind” para cerrar definitivamente el show.

Sin duda vimos un gran show. Un gran show para lo que es DYLAN hoy. Tal vez en el momento muchos no lo supieron apreciar, pero es de esos recitales que a la distancia uno va a recordar con mucho cariño y como el gran show que fue. Y yo alguna vez tendré la suerte de decir “Yo vi a BOB DYLAN”.

azafatodegira.com

1 Comentario

Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión