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El trencito del groove

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Dancing Mood, el mega combo que lidera Hugo Lobo, despidió su disco triple con un concierto en el Luna Park el pasado domingo, donde lo mejor fueron los invitados.

La última vez que estuvieron en el Luna fueron días de mucho estrés y tensión por la orquesta de 70 tipos que tenían que coordinar. Esta vez, mucho más despojados, con otro relajo general, las condiciones para una linda fiesta estaban más que dadas. Y así fue. La noche empezó muy alto con un estadio repleto y bailando con todo ante temas como “Dandymite”, “Police woman”, “Feel so good” o “Mr. PC”. A medida que fueron repasando los temas de su primer disco como los de “Non-Stop”, el álbum que despedían, el clima se fue apagando un poco, quizás por la monotonía del show. La costumbre jazzera de solear uno tras otro sobre una melodía dada no encuentra alternativas, aunque, hay que decirlo, los que están ahí soleando son unas bestias. Fernando Albareda, sobre todo, y Hugo Lobo, el comandante de todo esto, sobresalen, aunque también uno de los tecladistas mete unos sonidos espaciales increíbles.

Y si decaía un poco el show, levantó con los invitados. El primero, Américo Belloto, maestro y mentor -así lo anunció- de Hugo Lobo, que la rompió soleando con una sopapa a modo de sordina. Rubén Lobo, padre del capitano, apareció en percusión para acompañar y para agradecer a todos “por quererme de rebote”.

Pero la fiesta la puso Lynvan Golding, de los Specials, que por momentos se comió el show y lo hizo propio. Le arrebató el micrófono al trompetista y se quedó por 5 temas a acompañar (o a ser acompañado, porque es realmente un lujo) a la banda. Tocaron “Stop your messin’ around”,  “A message to you, Rudy”, “Monkey Man” y “You’re Wondering now”, y se dio el lujo de regalar remeras y de cantarle el feliz cumpleaños a Martino Gesualdi, trombonista y cumpleañero de la noche. Crack.

Tras presentar dos temas nuevos, para el final quedaron “Latin goes ska” e “Eastern island”. Pero si algo fue impresionante de toda la noche fue el trencito más grande del mundo con el cierre clásico de “Occupation”: una versión de cerca de 15 minutos en la que Hugo le pidió a un changuito de mochila roja que lo inicie y fue seguido por cerca de 2.000 personas. Ma qué pogo ni pogo. Ánimo de trencito en el Luna. Y para rematarla, Golding salió al final de todo a saludar. Uno más del Club de Lobo.

*Fotos por Fernando Fernández

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Redacción ElAcople.com

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