RESEÑAS

Variedad sin mezcolanza

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Cada individuo va por grandes avenidas y pequeñas calles, según las circunstancias, con un manojo de ideas, estereotipos y prenociones al mejor estilo durkhemiano. Así se frenan impulsos, acciones, sonidos y las mismísimas palabras.
Pero en los ínfimos espacios que el tiempo y el lugar dejan escapar entre las diferentes de dimensiones, la música cambia y las frases llegan pisoteando cualquier prejuicio. Así, sin que uno se percate, llega a espacios que entrecruzan el esplendor de tiempos pasados, el estatismo del desinterés por omisión y los intentos de revivir momentos de antaño con tintes de hoy.

La presentación de SKABIO, con LAS PATAS DE KUN FU y MAL KARMA como invitados, fue la excusa para una mezcla de tres estilos que se rozaron sin nunca caer en la mezcolanza.

Bien podría uno negarse a salir de la comodidad del hogar un domingo por la noche, pero de vez en cuando se debe obligar al ánimo a eludir el abotargamiento de los sentidos. De vez en cuando se debe poner una cuota de humor al fin de la semana, como el que LAS PATAS DE KUN FU le dieron al domingo pasado en Unione y Benevolenza, incluso con sonidos prestados, como “Nadie es perfecto”, de LOS CALIGARIS.

El estricto sonido rock, con algún que otro matiz de los vientos, hace recordar que las fórmulas y sentidos más primigéneos de los primeros gustos poseen un valor especial. MAL KARMA, banda de Chivilcoy, copó el aire con guitarras cargadas y una batería incesante. El ambiente se llenó, sin nunca llegar a coparse de manera agotadora. La cuota justa y también necesaria.

Menos de una hora para el fatídico lunes. Entonces, uno tira por la borda todo prejuicio ante los nombres. Encasillar a un sólo género el sonido de SKABIO, banda finalista en el certamen “El bombardeo del demo”, sería convertirse en total presa de estructuras reduccionistas que tanto abundan.

El repiqueteo de la batería en “Mi flor” surca los tintes del power rocks. La voz de GASTÓN LUZZI, clara y contrastante con la crudeza los instrumentos, pasa sin problemas entre los vestigios de ska en “Por tu amor” y los lapsus festivos de “Desafío”.

El ritmo de marcha mancha, trompetas mediante, a “Lluvia de golpes”. La coacción del cantante hacia el público moviliza el baile para el final en “Es así”. Y así se termina el show, la semana y las ideas previas.

Así, uno deja un poco ese puñado de prejuicios y esterotipos que lleva a cuestas todo el tiempo, impidiendo la llegada de nuevas palabras. Y nuevas mezclas separadas.

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