Esta va por BOB

Es un viernes y también un sábado cualquiera del mes de mayo y la noche viene cargada de frío, pero la gente es mucha y desafía el mal clima. Vienen bajando por Corrientes o se reúnen en grupos por Bouchard. Lo hacen porque en un día como este -como estos dos-, hace unos veinticinco años, cuando arrancaban los ochentas, BOB MARLEY Querido dejaba de aspirar aire y humo, y su corazón colapsaba, y adiós para siempre a Babylon. Mientras mira la macoña desde abajo, su mito crece y su música se expande y su legado se burla de las agujas del tiempo y atraviesa géneros y modas.

Y acá estamos en el primer día, entonces debe de ser viernes. Un cacheo ridículo hace que la gente se pierda varios temas de los SKATALLITES, que arrancan a tocar para cuatro mil y cierran con un Luna que revienta de gente y te dice que el reggae no para de crecer en la ciudad, que te llena dos estadios a 60 pesos de todo tipo de gente. El fotógrafo -¿mi fotógrafo?- todavía está afuera, tampoco lo dejan entrar y cuando entra lo hace caliente, como todos los otros que no pueden creer que se perdieron más de media hora de voces negras dulces, clásicos del género y del homenajeado, unos vientos protagonistas, un tecladista con la remera de Racing, y mucho baile perfumado y acompasado.

TARSSITANE, un tipo canchero de la fotografía, charla y se hace el amigo con LULI FERNANDEZ, esa joven hermosura que labura en teicespor, mientras muchísimos adolescentes hacen sus primeras armas en la rica ganja que menciona BONETTO en Sinsemina. El Luna está que revienta y todos fuman: ¡Qué placer! LOS CAFRES tienen hinchada propia, todos sus temas son coreados y su líder conduce la noche como más le place: dulzura y prédica de rasta urbano. Suenan una bocha de sus gemas -que son muchas-, el teclado monopoliza mi oído con la intro de Aire y me deja colgado de una tecla.

Los silbidos copan la parada, hace 30 minutos que terminó La receta en boca de todos y ALPHA BLONDY no aparece. Ya los globos rojos, verdes y amarillos empiezan a levantar vuelo desde el público, y al fin sale el presentador… pero no. Primero nos vende la revancha del Festival Puro Reggae, que había terminado mal y que ahora se hará el 9 de junio, y después sí, ALPHA al escenario.

Suena la banda, y siento que estoy en medio de las cuatro cuerdas del bajo. Mi cuerpo se sacude hasta que después de un rato solucionan ese desperfecto pero una fritura en la voz sigue molestando. La gente disfruta con el marfileño, mueve su cuerpo, pita y se deja llevar. Frente al escenario son varios los que corean letras desconocidas y en distintos idiomas, pero cuando suena Cocody Rock todos levantan los brazos y concluyen que están escuchando un estribillo que es historia. Con una propuesta muy rockera, donde las guitarras llevan la música, este morocho que no empapa su propuesta de religión sino de política, entrega su música hasta casi la 1 de la mañana. Y mañana será otro día. Sí, el día 2, sábado.

Cambio de manos

Ya es mañana, segundo día del “Bob Marley Day”. El equipo de profesionales que EL ACOPLE pone al servicio de cada cobertura toma fernecola rabiosamente. Miramos un poco. El Luna está cargado de amabilidad, las clases sociales se cruzan y confluyen. Todo muy natural, herbáceo nuevamente: ”Uy, disculpame. No, todo bien, loco ¿Tenés un liyo? Sí, claro. ¿Sale una ceca? Más bien”. Debe ser por el porro, creo, porque el ambiente garpa. Yo no se que pasa, pero qué lindas que son las cocacoleras, que bien bailan, y las cocas que se les caen pero no les importa. Les pedimos un par, pal Fernet.

Sale NONPA con I shot the sheriff. De quién sino. El crédito de Argentina de este día va a ser lo mejor del festival, con sonido claro y contundente, llevando el ritmo como se debe y con un batero que al reggae lo tiene así. Meten una repasadita por todos sus álbumes. Cada músico ocupa su justo lugar en el escenario y visualmente tienen lo suyo también. Una duda: ¿El bajista tendrá jeans y remeras, o andará así por la vida, como un loco? No se sabe.
Bueno, suenan muy bien, dije. Dread al control, Tu presencia, Reggae del universo, La flor. La gente flexiona las rodillas y ensaya ese pasito tan característico. Unos buenos reggaes y a otra cosa. NONPALIDECE se va.

Y entra la SAGGITARIUS BAND. Cuatro jamaiquinos, negritud a pleno. Se mandan con un instrumental y muestran que lo suyo definitivamente es el reggae. Pero entonces sucede que un señor mayor, muy bien vestido él, comienza a arrastrar sus pies para tratar de alcanzar el centro del escenario.

¡Por las barbas de Selassie! ¡Como le cuesta llegar! Si, señores, es GREGORY ISAACS, un poco pasado en años, poniendo voluntad, con su voz dulce de siempre. Está elegante, eso sí. Canta cuatro temas y se va. Y cada vez que regresa lo hace en peores condiciones. Va perdiendo ropa en el camino y su mandíbula parece estar incontrolable. Pero pone empeño y canta sus clásicos, y su garganta no ha perdido (mucho) brillo. Finalmente termina por comprarme. Aguante GREGORY.

Hablando de comprar: El presentador agradeció dos veces al grupo Fénix e instó a la concurrencia a adquirir mercadería en el stand de la izquierda. Rastafarismo del más puro. Se va la Saggitarius Band.

¡Y entra la Saggitarius Band! Con los mismos músicos que acompañaron a GREGORY, YELLOWMAN es el encargado de cerrar el festival. No voy a decir nada sobre su fisonomía porque creo que no es necesario. Su reggae es liviano, alegre, jodón, ideal para tomar birra en la playa y no preocuparse mucho por nada.

Al quinto tema podés llegar a aburrirte, sobre todo porque su voz carece totalmente de matices y porque ya te cansás de verlo corriendo de un win al otro como un demente.
Para el final deja los hits: Zunguzung y Reggae calypso.

Y el reggae está allá arriba y nos gusta, y si lo metemos a MARLEY en el cartel, llamamos dos bandas locales que convocan y le sumamos cuatro propuestas de afuera que tienen sus historias, sus públicos y buenas propuestas, listo el pollo, tenemos un festival redondito como este que les contamos esta vuelta. Al gran ROBERT NESTA, está va por vos.