
ENTREVISTAS
Queen: a cuarenta años del primer disco
A cuatro décadas del álbum debut de Queen, recordamos la obra. Además, charlamos con el baterista de Bigot, una banda tributo a Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor.
Hay gente a la que no le gustan los Beatles, pero ¿hay alguien al que no le guste Queen? Hay personas que basan sus vidas en el metal extremo las veinticuatro horas, pero siempre tienen un tiempo para Queen. También hay quién recita las letras de Pablo Lescano como si fuera la Santa Biblia y a su vez puede recitar algún hit ochentoso de Queen.
También, hay gente que vive de y para reinterpretar el catálogo de Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor. Y en estos días en que se cumplen cuarenta años de la salida del primer y homónimo álbum del conjunto de Londres (Inglaterra), quisimos hablar con uno de ellos.
Diego Terlecki es baterista de Bigot, uno de los tantos grupos que recrean la música de la banda. “Lo primero que me gustaría decir sobre el primer disco es que la banda se transforma en Queen directamente en esta obra. Lo mejor que ofrecieron, musicalmente hablando, fue durante los 70´. En los 80´ tienen grandes temas, ojo, pero lo que la banda y sobre todo Freddie quiso hacer y expresar musicalmente se hizo en los 70´”, nos asegura.
La eterna lucha entre creativad y popularidad. ¿El Queen ambicioso y grandilocuente de los primeros shows, los conciertos en el Hammersmith? ¿O el Queen de las masas, con sus presentaciones en Wembley y el Live Aid? “Cuando escucho el disco, escucho canciones con mucha orquestación, mucha teatralidad, mucha fineza. Todo eso bajo un contexto de hard rock que en realidad funciona como máscara”, explica Diego.
Tal vez el álbum no tenga hits radiales o de estadio; la persona que tararea “Friends will be friends” quizás no reconozca ninguna de las canciones de la obra. “Lo primero que llama la atención es un sonido de guitarra particular, no tiene esa suciedad del género. Y Freddie me transmite arrogancia, me dice `Acá estoy yo. Agarrate´. Ya desde el primer tema tenemos voces encimadas en las estrofas, en los coros y marcas registradas de la banda que veríamos en otros discos como pequeños juegos de batería o la forma de entrar de Brian en los solos”, dice el baterista.
En un trabajo destacable es difícil elegir el momento culmine; “My Faity King” es Queen y Freddie en su máxima expresión, está todo: lo ecléctico, lo exquisito, los elementos de rock, de balada, el juego con las diferentes tensiones, atmósferas. No tiene estructura de tema popular, pero la canción no se sienta en el aire.
Pasaron cuatro décadas del primer álbum de un conjunto que todavía suena vital, moderno y que ha sido escuela en todos los géneros. Y si bien está instalado en todos los hogares, siguen siendo complejos, misteriosos y desafiantes. Por algo esos primeros discos son el tesoro de los fans de corazón: “Si hubiese escuchado el disco en esa época, obviamente no seré necio y diría que me hubiese gustado en la primera escucha, pero me hubiera dejado la curiosidad. Hubiera pensado qué iban a hacer después de que ya pusieron todas estas cosas en este disco”, expresa Terlecki.
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