RESEÑAS
El azar está de tu lado

Eran casi las nueve y media de la noche. El telón estaba cerrado, se oían los preparativos para que el grupo estrella de la noche haga lo suyo, no podía faltar mucho más para ello. Mientras, cerca de la barra del lugar, un pibe que fumaba marihuana le hizo un comentario a un amigo…
—Yo les metería una aclaración a las entradas de PIER, para que se eviten algún problema legal.
—¿Qué aclaración?
—Cualquier parecido o similitud con PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA es pura coincidencia.
Y finalmente, los telones se abrieron; humo artificial y luces rojas se mezclaban en el escenario, ofreciendo uno de los momentos más interesantes de la noche. Enseguida, comenzó a sonar ”Rock and roll y fiebre”, de PAPPO, y cuando la canción terminaba, los músicos aparecieron, despacio, con tranquilidad; se ubicaron, tomaron sus instrumentos y dieron comienzo al show con ”El comodín”.
AGUSTÍN, el guitarrista, tocó su viola con pasión desmedida en más de una de las canciones. Algún espectador llegó a pensar que estaba gesticulando de más para las cámaras que lo filmaban y para las que le sacaban fotos. RAMIRO, el cantante, lució con hidalguía una campera de cuero poco recomendable para él, sobre todo por su teñida, blonda y larga cabellera. En un momento del recital, la gente se unió en un cántico sentido: “Cortate el pelo la puta que te parió…”, y RAMIRO les contestó: “Sólo los chicos cantaron, eh”, y les guiñó el ojo.
Ya en la mitad del show, subieron a escena dos invitados para hacer un rock and roll movido: SEGUNDO y FERNANDO, de HEROICOS SOBREVIVIENTES, que agradecieron a PIER refiriéndose a sus integrantes como “los mejores músicos y las mejores personas”.
RAMIRO arengó bastante, y siempre del mismo modo: parándose firme y bien derecho, extendiendo sus brazos lo más alto posible y batiendo, así, palmas una y otra vez, mirando serio al público, incitándolos a seguirlo. Realmente, resulta muy gracioso verlo hacer eso, ya que pareciera un simio enajenado de todo lo que no tenga que ver con esa tarea.
Llegando al final del recital, apareció “un invitado muy especial, un gran músico, un gran tipo”, en palabras de RAMIRO: WALTER SIDOTI, ex baterista de LOS REDONDOS. Y junto a él, intentaron hacer ”La ilusión que me condena”. Por diversos problemas técnicos, tuvieron que interrumpir la primera ejecución del tema; luego, WALTER y el público hicieron toda la canción, y cuando la banda se les quiso unir, los micrófonos no respondieron. Entonces, los telones se cerraron y AGUSTÍN, con una sonrisa y una lata de cerveza en la mano, anunció que volverían para terminar con el show una vez que se arreglaran los problemas. El público cantó de nuevo la canción, a capella.
Diez minutos después, PIER apareció otra vez y pudo, al fin, completar la canción. De este modo, el tema se escuchó ¡cuatro veces seguidas! Más allá de la agotadora repetición, probablemente, fue la canción que más agite despertó, junto a ”Juego mufado” ―en la que dicen que “el azar no está de tu lado”― y algún otro de los que hicieron al final.
Después de ”Sacrificio y rock and roll” y algunos clásicos más, llegó el último tema de la noche: ”Pulposa satisfacción”, que terminó con RAMIRO en cueros, mostrando su huesudo abdomen, saltando en uno de los apartados especiales del escenario.
El primero de los cuatro recitales de PIER, más allá de algún desperfecto de sonido y de no haber conseguido una convocatoria óptima, resultó una batalla ganada para el grupo y un espectáculo satisfactorio para el público.
Así las cosas, PIER, el azar está de tu lado.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión