RESEÑAS
Palabras nuevas

Ante nombres nuevos, uno duda. No confía en demasía y escucha con un gesto adusto en la cara. Es en ese instante cuando todo cambia, para bien o para mal. O bien el rígido rostro se relaja y se intenta seguir los sonidos, o bien uno se da media vuelta para nunca más cruzarse con ese conjunto de notas.
Este es el caso en el que los músculos se relajaron, el pie comenzó a seguir el ritmo y los sentidos quedaron bloqueados por la musicalidad. Y la culpa la tiene OCTOPOÁNIMA.
El primer álbum de la banda, presentado en Liberarte el viernes pasado por la noche, demostraba que el tiempo y los recitales en ínfimos lugares habían sido provechosos. El ritmo del primer tema, “Interrogantes”, perseguía a los sentidos y exacerbaba a la gente presente hasta la llegada de los lapsus rítmicos de “Excentricidades del Dr.”
El sonido lúgubre de “Lejos” y el ritmo circular de “Deshacer y desaparecer” acompañaba a la voz desgarrada de RATON, que en “Miedo” se volvía en un elemento ínfimo para dejar paso a los teclados de ARIEL RAÑO.
“Temente” es el título justo para la canción que corrió lentamente en lo rítmico, pero se densificó a nivel mental mientras todos repetían “tenemos tu mente y la haremos cambiar”. La batería de UTIEL TORDÓ se despachó hasta el último golpe en “Caer”, el anteúltimo tema antes de “Densa”.
“¿Dónde terminaremos este viaje?” gritaba el público al compás de la música que cubría dejos de rock & roll y las luces cambiantes apabullaban cualquier espacio blancuzco. Pero uno ya sabe que el viaje recién empezó. Y con sonidos nuevos bajo el brazo.
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