RESEÑAS
Vos sos de la V

Aaaah y qué dicha saber que en alguna dimensión siempre habrán guitarras pegajosas, repeticiones y canciones para desafinarnos, y que en ese lugar TEENAGE FUNCLUB siempre es el mejor grupo del mundo y que allí hay sensaciones pop for ever, con distorsiones, contorsiones y efectos.
Como si no lo supieran MANZA y VALLE DE MUÑECAS, última gran inspiración del rock local. Melodías, rock, panza llena y corazón contento para oír lo que fue revelación del 2005, año en que debutaron con un disco tan pero tan bueno (”Días de suerte”) que terminó siendo un gran acierto también en el ’06.
Si MENOS QUE CERO fue un beautiful loser de los noventa, VALLE DE MUÑECAS le pinta la cara al apático Ente Regulador de la Musicalización Nacional, conocido también como Rock Nacional. Y ahí están todos eso boletos que decoran la tapa del disco, tickets to ride y viajes por venir, ahí están las mil formas de estrellarse en una canción sin dejar victimas ni heridos graves.
Y mientras tanto, Faro FM se la pasa desbordando nuevo rock entre semana y de repente, por dos paquetes de un alimento no perecedero te regalan algo mucho menos perecedero como pueden ser unas cuantas buenas canciones. Mérito del evento para los músicos, la radio y los anfitriones de turno (espléndidos y verborrágicos señores del programa Operación Escuchar, simpáticos entre la melomanía y la agradable dispersión).
¿Cómo algo tan simple, pudo hacerse difícil?
¿Vieron cómo se siente el rock en una silla? Digo, la desesperación de saltar hacia adentro de uno mismo, la implosión como concepto de contención y estallido. Esa es la convulsión que genera NormA, un grupo que exprime dos tonos con sus propias manos.
Sí, sí, sí, muy WIRE o muy JOY DIVISION su post punk sincopado, su retórica crítica entre la ironía y la acidez, lo oscuro y la nada. En fin, todo eso, sí, pero de La Plata y bien pinchas, cero de sofisticación y rock deluxe. Son la mejor forma de entender el rock como un golpe seco, como una agresión amable y no tanto, como tener muchas cosas que decir y una síntesis eterna.
Primero Uno auspicia la unívoca dirección al individualismo, después Niños, Música o Educación se compactan en escena para que el grupo se desentienda de sus canciones como garrotes, convirtiéndolas en pequeñas aspiraciones a una música de choque, o sea rock.
Entre despojos y privaciones, sin efectos ni trucos, NormA se queda con lo mejor, que es ese doble filo de actitud más originalidad que se revela en canciones intrincadas como Diamante, declaratorias como Natural o irónicas como Pc o Warhol.
Directo, veloz y tierno es más bien el trabajo que hace VALLE DE MUÑECAS. Es fantástico su estilo, su ritmo contagioso y la facilidad de MANZA para descubrirse en letras descansadas y tensas, nostálgicas y optimistas, repletas de grises porteñismos y lugares que solemos sentir.
Pasa en ”Kodak ’74”, pieza clave del cancionero de MENOS QUE CERO, una belleza rescatada del olvido y reinterpretada para sentir que de nuevo, mas allá de las seis, todavía persisten el sombras que se alargan, el ahogo de inviernos en soledad, la humedad y el río siempre de espaldas a la ciudad.
Como si nada, las canciones cobran intensidad transcurriendo sobre el deslizar de guitarras cansadas, la voz sentida de MANZA y el impulso reactor de LUCIANO ESAÍN tras y sobre la batería. Pasan y repasan momento luminosos como ”Respuestas”, “Mil formas de Estrellame” o ”Regresar”, presentan novedades a estrenar en breve y convidan simpatía con ”Dejadez”, algo así como un nuevo clásico de lo que fue alguna vez el trío FLOPA – MANZA – MINIMAL.
En fin, pocas cosas parecen importar mientras llega la sensación de que se acaba el día. Ojalá que VALLE DE MUÑECAS siga siendo un encantador grupo mientras dura Días de Suerte y más también; ojalá que después del verso venga un coro y un verso y un coro más y un guitarrazo y un final y ya basta, que lo fácil siga siendo así de simple. Si miro mi espalda, veo mi cuello moverse una vez más.
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