RESEÑAS
¡ES LA SHEEER!

Una noticia más que emocionante para unos cuantos. SLAYER volvería a presentarse en nuestro país, y nada menos que en el estadio de Avenida Del Libertador al 7300 (primera vez que lo harían en un lugar cerrado en este país). En sus anteriores visitas, los comandados por el chileno TOM ARAYAse presentaron en el marco del festival “Monsters of Rock”, actuando en estadios abiertos como el de River Plate y Velez Sarfield. En esta oportunidad, se iba a poder apreciar todo el poderío de la banda en un lugar techado. Y fue así. Como es su costumbre, no nos defraudaron.
Con nuevo disco ”Christ Illusion” bajo el brazo, y con la vuelta de DAVE LOMBARDO (baterista original, quien abandonó la banda en 1990, tras grabar el recordado ”Seasons in the abyss”), los californianos se embarcaron en una nueva gira que por fin los volvió a traer por estos pagos.
Una gran cantidad de gente los esperaba ansiosamente, y más allá de haberse presentado entre semana (martes y miércoles), se podían escuchar varias tonadas de distintas provincias entre la multitud.
Puntualmente a las 21 hs en ambas presentaciones, y sin ninguna piedad, el cuarteto formado por TOM ARAYA (bajo y voz), KERRY KING y JEFF HANNEMANN (guitarras), y el anteriormente nombrado DAVE LOMBARDO tras los parches, salieron con los tapones de punta a descargar toda su artillería pesada contra la gente, que estalló en un ensordecedor alarido de emoción, cuando las luces se apagaron y una cortina de humo (bastante molesta por cierto) dieron pie al comienzo del show con ”Discipline” (el martes) y ”South of heaven” (el miércoles).
Con la tapa del último disco estampada en la bandera del escenario, y secundados por una impresionante pared de equipos, la banda no dejó títere con cabeza durante la hora y media de cada una de las presentaciones. La muy buena calidad de sonido se podía apreciar por los distintos sectores del estadio, mientras el público agitaba de principio a fin.
Algo bueno que se pudo apreciar, fue que durante las dos presentaciones, la banda cambió bastante las listas de temas, haciendo hincapié sobre todo en clásicos indiscutidos como los discos ”Seasons in the abbys(1990)” y ”Reign in blood (1986), con los cuales el grupo llegó a sus máximos niveles de popularidad mundial. Con clásicos como ”Hell Awaits”, “Post Mortem” y “Spirit in black”, entre otros tantos, la banda dejó bien en claro que son un exponente indispensable en la escena de metal extremo mundial.
A la banda se la vio bastante entretenida sobre las tablas, incluso hubo algunos diálogos un tanto trabados por parte del bajista, que preguntaba a la gente si quería “una canción de amor” (antes de arrancar con ”Necrophiliac”), bromear con un “¿ya están cansados?”, o agradecer continuamente el cordial afecto de la gente hacia ellos.
La dupla asesina de guitarras cumplió una labor brillante, triturándole la cabeza a unos cuantos, y arrancándole la bebida del hígado a más de uno, que junto a la base fundamental de bajo y batería, creaban ese sonido inconfundible, marca registrada de SLAYER.
Coronando el final de ambas noches, ”Angel of death” puso el broche de oro de dos descargas imparables del más extremo metal, demostrando que por más que los años pasen, la furia y la agresión siguen intacta en el corazón de estos cuatro animales tras sus instrumentos.
De esta manera, se cumplieron dos noches para el orgasmo del metal de miles de almas. No creo que una sola persona haya salido disconforme del estadio en ninguna de las dos presentaciones. Esperemos que la banda haya notado eso y siga visitándonos más seguido.
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