RESEÑAS
La comunión Azteca

La noche del viernes pasado no fue una noche más. Hasta el frío del invierno había decidido dar una tregua a una jornada tan agria y pesada como los días grises de humedad que te abruman el pecho y no te dejan respirar: la alegría y el jolgorio mundialista en el que estuvimos sumergidos por casi tres semanas se vieron sepultados bajo tierra pasadas las tres de la tarde, cuando el machetito de LEHMANN y la mala suerte final de CUCHU y el RATON le dieron la infeliz bienvenida al fin de la ilusión de estar entre los mejores del mundo. Las lágrimas, la resignación y la impotencia tiñeron a la bendita argentinidad de negro y los estados de ánimo descendieron hasta el suelo. Estaba todo terminado; sólo restaba digerir el mal momento y seguir, como siempre, para adelante (o para atrás).
No obstante, a las 10 PM muchas de esas mismas gargantas que durante la tarde habrían sido usadas para recordar de manera poco delicada a las madres y a las hermanas de los contrincantes de turno, se encontraron todas juntas cantando, bailando y disfrutando al son del rock latino que se amasó en el sótano del club tano de Perón al 1300.
Era la noche de AZTECAS TUPRO, una de esas bandas de rock que te hacen sentir un gil de cuarta porque te demuestran que el rockerito duro e infranqueable que decís que llevas adentro tuyo es, al fin y al cabo, un rockerito meloso y pachanguero que también disfruta y siente cuando viene una de sus cumbias y que se deleita con los ritmitos alegres del raggamuffin, ska y derivados.
Los chicos de ENCÍAS SANGRANTES se presentaron antes que se corran las mesas y de que la gente se reúna en el centro del salón para poguear. Esta banda candente -más que recomendable para ver en vivo- fusiona rock con ritmos mestizos acompañados de “un mensaje literario, optimista y social”. Tocaron por más de tres cuartos de hora temas de su primer disco editado hace un año y que fue producido -como el último de los AZTECAS-, por GOY, LUCAS y DIEGO de KARAMELO SANTO.
El show arrancó pasadas a las 10.30 con la presentación del video clip de “Dibujos”, que fue grabado en Dolores en febrero de este año y que nos habla -de la mano de una nena y de su imaginación al poder- de la posibilidad de ver más allá de lo que los ojos nos permiten ver. Los AZTECAS se despacharon por dos horas con canciones de sus discos “Retumba”(2002) y “Tallo” (2004), como “La Hoguera”, “Presión”, “Skabaires”, “El nagual” y “Retumba”. También a mitad de la noche mecharon dos temas nuevos: “Imaginar” y “Oxido”.
“Vamos Aztecas la puta que los pariooó” gritaban los chicos que se encontraban a la misma altura de los músicos (el escenario era una pequeña tarima construida sobre el piso), a quienes se los veía muy entusiasmados. PABLO “HUEVO” WEHBE, el vocalista de la banda, bailaba y bajaba a poguear con la gente que levantaba banderas, como también los subía a cantar, creando entre todos un ida y vuelta literal, una verdadera comunión cuyo clima cálido y festivo era digno de un festejo familiar.
Los mejores temas de la noche sin duda fueron “Boomerang”, “Barriletes”, “Tallo”, “Los 4 elementos” y la versión punk de “Voces”, tocada al finalizar el show y que hicieron lucir a la banda en su mejor estado fresco de maduración. “Una más y no jodemos más” gritaban los chicos ya pasados de revolución, pero la banda se despidió agradeciéndoles por su buena onda y con el deseo de volver a verlos muy pronto para seguir con la fiesta azteca que, según cuenta la leyenda, alegra los corazones y purifica el alma.
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