RESEÑAS
La nueva vieja guardia

Mientras la chatura de sonidos monocordes y las letras alejadas de lo “éticamente correcto” invaden el rocanrol, algunos bastiones del sonido clásico permanecen de pie.
LA RUSA es uno de esos casos de estar al margen de la marginalidad. Letras cuidadas, un sonido prolijo y rocanrol de pura cepa son las características de una banda con .. años de vida, dos discos (”Cueste lo que cueste” y ”Pura sangre”) con canciones que ya son clásicos para sus fanáticos.
Es lógico la vuelta a las fuentes del sonido, si el mismo nombre de la banda hace referencia a DANIEL “RUSO” BEISERMAN, padre del cantante y bajista de MEMPHIS LA BLUSERA.
Esa suerte de revival del rocanrol clásico pudo por fin pisar el escenario de El Teatro Colegiales el viernes pasado. Un público variado, donde ningún estereotipo podía encajar perfectamente, cubrió la pista del lugar.
La maximizada bandera de carreras en el fondo del escenario fue el símbolo para que “Enciende el motor” y “Torino” empezaran el repertorio de 22 canciones. DIEGO BEISERMAN, cantante y bajista del grupo, saludó para después seguir con el tema “Infierno”, con los precisos golpes del baterista, DAMIAN CASANOVA. “Autopista hacia retiro” fue el momento para que las guitarras de FAVIO MAGNO y MATÍAS SALOMÓN llegaran a la casi distorsión, mientras ARIEL DEDOVICH hacía lucir el sonido de la armónica.
Entre los invitados, LOLO de ALUCINADOS estuvo en “Vamos a Escapar” y “Rocanroleame otra vez”, mientras que EL VASCO de CHEVY ROCKETS cantó en el tema “La pícara princesa”. Pero la joya de la noche fue NICOLÁS RAFFETTA de PAPPO´S BLUES en los teclados, para “Algo bueno”.
La melancólica canción “Ángel” y el tema nuevo “Carolina”, fueron los únicos momentos donde lo que podría denominarse el “núcleo duro” de fanáticos dejó los saltos para dedicarse a escuchar, pero la explosión de sentimientos llegó en “Cueste lo que cueste” y “Cristal”, los últimos dos temas.
Pero el público no podía irse sin cantar “Nunca se acaba”, el clásico de la banda. “Se me está por salir el corazón para afuera”, dijo DIEGO antes de empezar con el único bis de la noche. Mientras los fanáticos cantaban y saltaban, la pareja de bailarines (que también estuvo en el tema “Rocanroleame otra vez”) daba el cierre justo para la noche.
Cuando “rocanrol” parece ser mala palabra dentro del rock, LA RUSA parece demostrar que no debe serlo. La vuelta a las raíces y a las estructuras clásicas con prolijidad y precisión pasan a ser un nueva forma de ver las cosas. Una nueva vieja guardia.
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