RESEÑAS
¿Cómo es que el aire huele a vainilla?

¿Cómo se llama esta dulzura entonces? Podría ser poesía, canción, viento, romance, torta, te, gato o garabato; punk o pop, vestido rojo o saco azul, nubes grisesnaranjas, vegetales, domingos, explosiones, goles, la-ra-las, falsetes o guitarrazos. En fin, de JOEY RAMONE a las RONNETTES, de MORRISSEY a RITA PAVONE pasando por MISFITS, los DESCENDENTS y TOM COURTNEAY . Vulgar y con gusto, dulce y melancólico, BOOM BOOM KID recibe lo que da en cada show; hace años ya de esto y no es una gran novedad.
Primero “Eni”, después la agitadora saga “Abrazame – Razones”, más “Cigarrillos, pastillas y alcohol” y como si fuera poco, “Esos días”, memoria de los años de “experience”, a la que se sumará la intensa “Ride On”, completando la felicidad de esa extraña conjunción llamada “público”; reunión de altern@s, infantilistas, chicos no tan chicos de la vieja escuela, punks sensibles y no tanto, rockers, straight edge’s y un “otros” enorme.
El desparramo de música-cuerpo que ofrece NEKRO es envidiable. Esquiva anatomías en escena con un ánimo inevitablemente ciclotímico, desestimando cualquier contención, desgarrando gritos o cantando sin parar, asistido por un grupo que acompaña en energía cada interpretación.
Enumerar canciones es perderse en incontables referencias. Travesías y pasajes combinan melodías con desenfado, estilo y honestidad. Gemas pop como “I do”, “Jenny” o “She’s runaway” se adhieren a “Julio”, “Fueguitos” y “Vegetables”, revanchas punk revitalizadoras de un género que salvo escasas excepciones no parece superar la altura del cordón de la vereda sobre la que cayó tras años de resaca.
Más guiños a FUN PEOPLE como “Anabelle”, “Mother Earth” o “Bad Influence” se oyen nostálgicos y caprichosos, a pedir de fanáticos; y quedan en desventaja frente a las más nuevas “20 años”, “Blu”, “Perfume de vos” o la smithsoniana “Si Esas Paredes Hablaran, Maria Ojos Negros No Mas” (que de tan bonita pareciera ubicada a tan solo quince centímetros de aquella “This charming man”).
En contraste, es claro que si bien, como canta el mismo NEKRO, “madurar no es crecer”, su evolución como músico lo ha llevado mucho más allá de su pasado, mucho más de sus comienzos hardcore punk y hasta mucho más allá de su público.
”Kitty” y “I don’t mind” rescatan una clásica Gibson, la ingenuidad y la adoración por el eterno sonido Spector y su espíritu original. Idas y vueltas conducen más de hora y media de poderoso show, entre una breve improvisación alla BO DIDLEY (¡sí!, ese al que le afanaban los primeros stones y el mismo al que adoraban como los JAMC), regalos de vinilos y la dedicatoria a NINA SIMONE de “Domani te la voglio dire”, la última canción.
El cantor lleva sus versos por una inabarcable espiral. Si se juega como se vive, se canta como se vive y se siente también. Y justamente en esta frase, nos encontramos con BBKid libre del yugo mainstream comercial y también de la apatía y el fundamentalismo del rock under. ¿Qué nos queda entonces? Nada más que todo lo que su curiosidad, frescura e intensidad puedan darnos.
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