RESEÑAS
Maduras calabazas

El 2006 viene cargado de visitas internacionales (THE ROLLING STONES, U2, OASIS, entre otros), pero el movimiento heavy aún no había tenido ‘su espectáculo’, más allá de las presencias de BRUJERIA (metal y derivados), DEICIDE (death metal) y THE GATHERING (gothic). Es por ello que se respiraba un muy buen clima en Obras minutos antes del inicio del set. Había necesidad de cabecear al ritmo de los alemanes.
Volumen excesivo
Tras una pequeña intro, JASON subió a escena a las 19:55hs. Con un sonido demasiado fuerte que no dejaba percibir claramente cada instrumento (en especial la voz), largaron con “Nube Negra II” y ”Siente el metal”. Al público se lo vio encendido al inicio del set, luego se apagó en la mitad y resurgió hacia el final del show.
En ”Reflejos” y ”En lo alto del cielo”, las arengas de su cantante, el TANO MAIORELL, tuvieron sus frutos. Hizo participar a todos los sectores del estadio, a veces cantando, otras saltando. ”Me quiero quedar con esa imagen de Obras”, comentó el TANO sobre cómo reaccionó la gente con JASON.
Nuevos fans
Sin aviso previo, PATAN apareció en las tablas ante la sorpresa de todos. Con una postura y un sonido más heavy, pegaron rápido en los metaleros presentes. Canciones poderosas y rifferas como “El vuelo del dragón” y “El auténtico patán” lograron la aceptación de la mayoría. Sin dudas, causaron una mejor impresión que JASON.
En el rockero “No voy a claudicar”, fue donde la masa más se había enganchado, hasta el momento en que los los primeros acordes de “Painkiller”, de JUDAS PRIEST, empezaron a sonar. A partir de allí todo fue una fiesta. PATAN le regaló a los espectadores cd’s, remeras y calcomanías. Los despidieron con muchos aplausos.
Cambios
Con respecto a la última visita de los alemanes, el viernes 19 de septiembre de 2003 en Hangar, la banda había sufrido un nuevo cambio en su formación: DANI LOEBLE, en batería, había ingresado en lugar de STEFAN SCHWARMANN. El resto continuaba en las filas del grupo: los históricos y únicos sobrevivientes originales MICHAEL WEIKATH y MARKUS GROSSKOPF, más ANDI DERIS y SASCHA GERSTNER.
Cuando el reloj marcaba las 21:40hs, una canción de AC/DC comenzó a escucharse en primer plano. Además se veía humo en el escenario y las luces se encontraban más bajas. Debido a ello, la gente se fue acercando y acomodando en los primeros lugares. Una vez concluido el tema, el estadio quedó completamente a oscuras. La intro que acompaña a la melodía ”The king for a 1000 years” sirvió de antesala a la extensa composición. Un monje accedió al escenario para leer el prólogo de la misma.
El audio inicial no fue el ideal (faltaba potencia y luminosidad), pero rápidamente fue solucionado, a tal punto que parecía que estábamos escuchando un disco en vivo retocado en estudio. Siguieron con el himno de la agrupación, “Eagle fly free”, que fue coreado y pogueado por todos. Antes de ello, ANDI DERIS (voz) se dirigió a su público en un aceptable español, cosa que sorprendió.
Pasión
El “Vamos, vamos, HELLOWEEN…” o el “HELLOWEEN…” de sus fans ya se hacía sentir. Los miembros del grupo sentían ese afecto y trataban de devolverle ese cariño con el mejor show posible. Tras pasar ”Hell was made in heaven”, sonó la épica “Keeper of the seven keys”. Para el estribillo se prendieron las luces del lugar. Todos con los puños levantados y entonando la letra a pleno.
HELLOWEEN le agregó un toque personal a los clásicos solos de los guitarristas o bateros. Es decir, cuando su batero DANI LOEBLE comenzó a mostrar su prodigiosa técnica, MARKUS GROSSKOPF (bajista), apareció en escena con una batería pequeña. Entonces cada uno tocaba algo, todo de forma muy simpática. Después LOEBLE continuó solo con una prolongada y formidable demostración.
De escenografía se podía observar una bandera 3D con la tapa de su reciente CD en el fondo, sobre los costados (derecho e izquierdo) dos banderas laterales y en los amplificadores distintas figuras de la calabaza (imagen que identifica al grupo). Luego sonaron ”A tale that wasn’t right” y ”Occasion avenue”, en donde el público bajó un poco su ansiedad.
A puro hit
Tras un momento oscuro, el “happy, happy, HELLOWEEN” (tal como lo definió su cantante), resurgió con dos temazos de, casualmente, su álbum más oscuro ”The dark ride” (2000), ”Mr. torture” y ”If i could fly”. Al igual que el solo de bata, la guitarra de SASCHA estuvo acompañada por la guitarra en miniatura de DANI. Se desafiaron y se divirtieron por doquier. Le dieron una vuelta de tuerca a los solos, que a veces se tornan muy monótonos y repetitivos.
Sin dudas, el momento de mayor interacción entre banda y fans fue durante “Future World”. Por ejemplo, DERIS hizo cantar a capella a sus seguidores, aunque digamos que no se esforzó demasiado, ya que la gente lo entonaba naturalmente. También aprovecharon la zapada para presentar a todos los integrantes. DANI, el nuevito, se llevó el máximo reconocimiento. Se lo ganó en buena ley.
”Power” y ”The invisible man”, otras que se escucharon.
Durante el primer break de 3’, el aliento del público fue impresionante y no decayó en ningún momento. A la vuelta le pegaron el primer corte de su nuevo disco, “Mrs. God” (una corta y pegadiza canción), a la que le siguió otro himno, ”I want out” (máximo pogo de la velada). Volvieron a irse unos instantes, para cerrar definitivamente con “Dr. Stein”.
HELLOWEEN difícilmente vuelva a tener el éxito y el reconocimiento de los años 1987/1988. Sin embargo, si se proponen en un futuro mantener el nivel del disco que lanzaron el año pasado o de ofrecer shows como el del martes, conseguirán más premios que rechazos. En ”Keeper of the seven keys: The legacy” retomaron el sonido de aquellos tiempos, aunque más veloz y actual. Solo queda esperar y ver qué sucede de acá en más.
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