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Sólo un muestreo

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El martes, Delain debutó en nuestro país con un enérgico show, aunque vieron limitado su poderío debido a las precariedades acústicas del Salón Reducci.

Las bandas holandesas de metal gótico y sinfónico como The GatheringEpicaWithin Tempation y After Forever generan mucha atracción en el público metalero local, sobre todo por esa combinación exacta de guitarras pesadas y cantantes femeninas líricas.  Si bien Delain cuenta con todas estas características, no tiene la experiencia ni la trascendencia mundial de estas. Ellos venían por primera vez a la Argentina para intentar despertar la misma pasión.

Sueños

Previo al acto central subieron los locales Numinis y Dreamflight. El metal gótico de Numinis sufrió con las limitaciones técnicas, y tanto los temas propios como los covers se vieron empañados. De todas maneras, su vocalista Svetlana Lovcovs pudo desplegar sus condiciones. A los Dreamflight se los apreció más nítidos, alcanzando versiones aceptables como la festejada «A rose for epona», de Eluveitie.

Cuando se anunció la llegada de los holandeses sorprendió hasta los propios fanáticos porque no imaginaban la presencia de su banda en el país, ya que es una agrupación con talento pero sin la repercusión y el clamor popular necesarios. A su vez, que hayan elegido el Salón Reducci como la sala de concierto tampoco favoreció. Sin dudas, la infraestructura y la zona donde está ubicado aleja espectadores.

Desde lo musical, Delain tiene bastantes similitudes con Within Temptation, algo lógico si uno está enterado que el fundador de la banda, Martijn Westerholt (tecladista), pasó por las filas de estos hasta 2001. Eso sí, Delain tiene estructuras más directas y no tan complejas como los liderados por Sharon den Adel.

Apenas aparecieron en escena con la primera canción de “We are the others” (2012), “Mother machine”, se comenzaron a notar los dos contrastes: músicos  idóneos que debido a una floja acústica no podían lucirse. El sonidista del grupo luchó durante toda la función para encontrar el punto ideal, y le fue difícil localizarlo. Desde la pesada “Pristine” hubo una notoria mejoría.

Estos problemas quedaron algo ocultos por la efervescencia de los presentes, que en todo momento cantaron y saltaron. Las canciones del último disco fueron recibidas con muchos calor, a tal punto que superaban a las viejas melodías. «Milk and honey» y «Electricity», dos buenos ejemplos. También estuvo aquel viejo fan que siente que «Lucidity» (2006) y «April rain» (2009) representan mejor a la banda gracias a una viola y una batería más poderosas.

La presencia de la cantante Charlotte Wessels es esencial tanto por su cálida voz como por su sex appeal y simpatía. Con esa sonrisa espléndida representó toda la felicidad del grupo. Para ellos recibir semejante cariño en su debut era algo impensado, por eso escucharlos cantar “Stay forever” y “See me in shadow” los emocionó.

Si bien Timo Somers (guitarra y voz) y Otto Schimmelpenninck van der Oije (bajo y voz gutural) ingresaron hace poco a la agrupación, ya tienen bastante protagonismo. Somers dejó en claro su sabiduría en interesante solos como en “Virtue and vice”, y Van der Oije generó los momentos más extremos gracias a sus tonos guturales, tal el caso de “Sever”.

La banda hizo un recorrido por los tres discos, poniendo especial énfasis en el álbum de 2012. “Sleepwalkers”, “Control the storm”, “The gathering” y “We are the others” fueron las canciones finales que enloquecieron a los presentes.

Para esta primera gira sudamericana solo pudieron confirmar tres shows. A las habituales plazas de Argentina y Brasil se le sumó una rareza para el negocio del rock como es Surinam, aunque entendible por haber sido una colonia holandesa hasta 1975. Es probable que la falta de ventas haya sido por el escaso tiempo de promoción (solo un mes y medio de anticipación).

Los músicos de Delain se entregaron por completo al show con una gran necesidad de conquistar a los argentinos, y vaya si lo consiguieron. Por suerte, la banda logró abstraerse de los inconvenientes técnicos y se enfocó plenamente en ofrecer el mejor concierto posible. De este modo, los holandeses merecen un local acorde a su talento para la próxima visita.

*Fotos por Fernando Fernández

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Redacción ElAcople.com

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